Descrédito de la política
El descontento con nuestro sistema político es uno de los más altos...
El descontento con nuestro sistema político es uno de los más altos del mundo, se escribió en Semana. Se quedaron cortos sus editorialistas: la inmensa mayoría de los ciudadanos no solo desprecian: odian la actividad política y buena parte de sus ejecutores. Consideran que es deshonesta, está desacreditada, es ineficaz, y digna de desprecio. Con idéntico rigor juzgan a buena parte de quienes la practican. Pagan justos por pecadores. Pero ocurre que los pecadores son legiones, y los justos milicia escasa. Muchos de los políticos actúan con honestidad y voluntad de servicio.La política se convirtió en oscuro negocio, con tráfico de influencias, venalidad y desconocimiento de los más urgentes problemas públicos y soluciones adecuadas. No todos obraron para envilecerla y convertirla en ejercicio sospechoso. Hay políticos que actúan con limpia conducta y demuestran diligencia en servir la comunidad que los eligió. Pero no deciden, ni gobiernan. Quienes sí lo hacen, son montonera que -literal- se chupan el Estado y se enriquecen a placer con oscuras maniobras. La opinión los conoce y repudia con energía esa conducta. Su actitud terminó por cubrir a todos. Delincuentes y probos -con injusticia- terminaron despreciados. Con excepciones que -por ejemplo- están en el Congreso y merecen reconocimiento por su íntegra conducta; su tarea sin mancha; y el ejercicio del control político para el que fueron elegidos. Se estableció malsano maridaje entre el político ambicioso y funcionarios del gobierno de turno. Fue manera infame de saquear la nación y darle triste fin al dinero del contribuyente. Se creó oscuro mundo de contubernios y sociedades para enriquecerse. Eso minó la confianza en el ejercicio político sin hacer diferencias y destacar la integridad de muchos dirigentes.En otras épocas, la Ética, el Crédito Moral, la capacidad de servicio, eran condiciones para actuar en política. Quienes la ejercían, gozaban de respeto y aprecio, con liderazgo real. Piezas esenciales para la solución de magnos problemas sociales, muchos pasaron a la historia. El pueblo, les rindió culto fervoroso. -La nación vivió época tranquila y pacífica, que interrumpió la plaga maligna del odio entre adversarios con creencias políticas diferentes-. Hay que rescatar la política de su postración y descrédito. Y combatir el clientelismo con valor y persistencia.