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La no intervención ha sido una tesis política que ha despertado un...

5 de febrero de 2013 Por: Ramiro Andrade Terán

La no intervención ha sido una tesis política que ha despertado un debate que aún no termina. Además de interminables discusiones en toda suerte de foros internacionales y reuniones académicas. Todo el mundo la defendía y casi todos la violaban. El campeonato intervencionista en esta región del planeta se lo llevó –con creces– Estados Unidos. En la década de los 90 las ‘marines’ se instalaron en Granada y Panamá. Ya se habían devorado una enorme porción de México; luego se engulleron Puerto Rico; se instalaron en Cuba después de la derrota española; convirtieron a América Central en su patio trasero; hicieron del Caribe su ‘Mare Nostrum’; insaciables no pararon hasta afincarse en Panamá. Fueron los tiempos de la ‘Doctrina Monroe’ que tuvo una respuesta tardía consagrada en el tratado de Tlatelolco: un inofensivo saludo a la bandera.Pero no sólo fueron los norteamericanos quienes metieron sus ávidas manos intervencionistas en Europa. En Asia se registraron episodios de intervenciones armadas que el mundo miró con indiferencia. En América Latina tuvimos dinero y armas para intervenir en países del área azotados por Trujillo, Somoza o Batista y enviarlos al destierro. Luego, en la OEA, nos metimos con la naciente Revolución Cubana. Castro, por su parte, se vinculó con los grupos guerrilleros que afloraron en el Continente. Los soviéticos que habían sentido en carne propia la intervención europea a comienzos de la Revolución de Octubre, hicieron lo mismo en todo el planeta para llevar a las almas irredentas del tercer mundo el evangelio comunista. Los tanques rusos durante la ‘Primavera de Prada’, en Hungría, mostraron el abismo entre la realidad y la práctica. No satisfechos los dirigentes soviéticos intervinieron media Europa y levantaron el muro de Berlín. China intervino en Camboya, Vietnam y Laos. Los judíos se instalaron tan rápido como los sirios y los palestinos de Arafat en el descuartizado Líbano. En Angola no sólo se metió Cuba, los sudafricanos le hincaron el diente con soldados y armas para Sabimbi.En París se realizó hace poco un Congreso Internacional sobre el tema de la intervención abusiva. Como siempre, fue unánime el rechazo a esa forma monstruosa de violar los derechos universales. Ojalá no ocurra lo de siempre: mucha retórica sobre el tema y ninguna acción práctica cuando la intervención viola el derecho de los pueblos a darse el sistema de gobierno que mejor le parezca.