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La guerra sucia de J.J.

Desde el gobierno se sostiene que las denuncias sobre los doce millones...

11 de mayo de 2014 Por: Rafael Nieto Loaiza

Desde el gobierno se sostiene que las denuncias sobre los doce millones de dólares que se habrían entregado a J.J. Rendón por parte de unos narcos son parte de una guerra sucia del uribismo. Los hechos: La afirmación no la hizo un uribista, sino uno de los Comba, narco sometido a la justicia norteamericana. De esa denuncia se supo por Daniel Coronell, furibundo antiuribista.Es J.J. Rendón, asesor desde 2010 del entonces candidato y hoy Presidente y santista hasta los tuétanos como que era el estratega político de sus campañas, quien sostiene que “si realmente hubo plata de por medio, se debió quedar en las manos de quien lo puso en contacto con los representantes de los narcos”, es decir, Germán Chica. Chica no es un uribista sino un santista del círculo íntimo, tanto que fue el coordinador político del Gobierno y controló la repartición de la mermelada hasta que Santos lo puso a manejar los apoyos de los gobernadores a la reelección.Es Chica quien sostiene que él oyó que efectivamente se le habían entregado a J.J. “5, 7, 9 o 10 millones de dólares” y quien habló de los apartamentos que habrían sido comprados Rendón con el dinero. Y es Chica quien dice que llegó al tema contactado por Francisco Galán, un excomandante del ELN sin ningún vínculo con el uribismo. Galán sostiene que fue al revés, que él estuvo “por invitación de Chica”.Fue Chica, no un uribista, quien afirmó que él habló de la propuesta con Santos y Santos le pidió que se quedara al margen, aunque Santos dice que nunca habló del tema con Chica.Y es Santos quien dice que la renuncia de Rendón como estratega de su campaña es un “acto de gallardía” y que él le “cree lo que está diciendo, hasta que no me demuestren lo contrario”.En estos dimes y diretes, en este cruce de acusaciones de haberse enmermelado con dinero narco, nada ha tenido que ver el uribismo. Lo de la guerra sucia se lo inventó el mismo J.J. cuando en su renuncia dijo que se va “para no convertirme en un instrumento de los enemigos de Paz que pretenden minar la credibilidad del señor presidente”. Si alguien ha querido “minar la credibilidad” de Santos ha sido el mismo Presidente y su círculo íntimo, y Coronell y Semana, que tampoco son sus enemigos. La “guerra sucia”, de haberla, ha sido entre santistas de la más cercana entraña del Presidente. Puro “fuego amigo”. Pero se inventaron la excusa de la guerra sucia y ahí nos quedamos.Y mientras tanto: ¿por qué se le ocultó a la opinión pública la oferta de los narcos? ¿Desde cuándo el Gobierno conoce de las declaraciones de Comba? ¿Desde cuándo reposan las declaraciones de Comba en la Fiscalía? A mí me dicen quienes tienen porque saberlo que están ahí desde mediados de diciembre de 2013. Si es así, ¿por qué la Fiscalía no ha hecho nada con ellas y solo con el escándalo da “inició a una indagación para verificar si los hechos narrados efectivamente ocurrieron” y se enviará unos fiscales para que Comba amplíe su declaración? ¿Por qué solo cuando “haya sido escuchado Calle Serna y según lo que se obtenga en esas diligencias la Fiscalía evaluará si existe o no mérito para investigar a Rendón y Chica? ¿No era mejor impedir la salida de J.J. del país, con el aplauso y el agradecimiento del Presidente, para preguntarle sobre los hechos? Y ¿por qué no lo ha hecho con Chica y con Galán y prefiere esperarse a ver qué vuelve a decir Comba? ¿Será acaso porque ahora se levantaría de nuevo el escándalo y haría mucho daño en plenas elecciones?

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