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Centro Democrático

La política en Colombia es cualquier cosa menos aburrida y, cerca las...

29 de septiembre de 2013 Por: Rafael Nieto Loaiza

La política en Colombia es cualquier cosa menos aburrida y, cerca las elecciones, se mueve con rapidez. De lejos, la noticia más importante es la irrupción en el panorama electoral del Centro Democrático. Sus efectos trascienden las elecciones inmediatas: es un movimiento con vocación de permanencia que, a diferencia de los partidos existentes, cuenta con dos variables que lo singularizan: por un lado, el liderazgo indiscutido y carismático del ex presidente Uribe, en un momento en que el poder dentro de los partidos está altamente atomizado; por el otro, unas bases ideológicas muy fuertes y caracterizadas, situadas desde el centro a la derecha del espectro.Ahora bien, no cabe duda de que el impacto del Centro Democrático se ve matizado por el hecho de que su líder no puede aspirar a la Presidencia de la República. El veto constitucional genera una dinámica que extiende la confrontación política más allá del Ejecutivo. De ahí que el lanzamiento de Uribe al Senado, con lista cerrada y a su cabeza, generará un sismo al interior del Congreso. Los más afectados serán los partidos Conservador y de la U, porque muchos de sus votantes se sentirán más identificados con el Centro Democrático, en especial después de la traición de Santos a sus electores. Los parlamentarios de la U mantendrán los votantes que estén amarrados con la mermelada y los conservadores, que apenas sí retienen alguna cuota burocrática, no pueden sino rezar para preservar algo de sus bases tradicionales y campesinas. El grueso del voto urbano conservador y de la U terminará en el Centro Democrático.¿Cuentas? Difícil hacerlas. Hay sin embargo algunas cosas claras: Las listas del Centro Democrático no sacarán los mismos votos de Uribe en las presidenciales y no es previsible tampoco que saquen el 50%, que es la intención de voto de la última encuesta incluyendo votantes en blanco. Si obtuvieran semejante votación, controlarían el Senado sin coaliciones y la gobernabilidad del próximo presidente, cualquiera que fuera, dependería de llegar a un acuerdo con ellos.Mis cálculos van de un mínimo de 15 senadores a un máximo de 35, considerando que todo el voto por el Centro Democrático será de opinión y que aunque éste va creciendo en cada elección, aun no es mayoritario. Más senadores sería un resultado absolutamente extraordinario. ¿La clave? Lo que ocurra en el proceso de paz. Serán la fecha y el contenido de los acuerdos con las Farc los que decidan el tamaño de la votación por el Centro Democrático. La ausencia de acuerdos o unos que establezcan impunidad o ventajas políticas para los guerrilleros, fortalecerán la votación centrodemocrática.En cualquier caso, es previsible que los ataques a las listas del Centro Democrático se agudizarán cuando se acerquen las fechas de las elecciones. Los partidos Liberal y de la U para ayudar a sus congresistas. Los medios para hacerle la tarea al Gobierno. Y el Gobierno porque una victoria contundente del Centro Democrático le daría un gran impulso a la candidatura presidencial de ese movimiento y, en paralelo, dañaría aun más las ya muy malas perspectivas reeleccionistas de Santos. No sobra recordar que la última encuesta, realizada después del cambio de gabinete y controlado el paro agrario, muestra que sólo el 19% de los ciudadanos estaría dispuesto a votar la reelección del Presidente.

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