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Y le gritó un “negro h. de p.”

Llevo 29 años de columnista en El País y otros tantos en Aló y El Tiempo con una auto orden que sigo cumpliendo: no escribir frases vulgarísimas, ni palabras o metáforas hacia temas sexuales.

10 de diciembre de 2019 Por: Poncho Rentería

Llevo 29 años de columnista en El País y otros tantos en Aló y El Tiempo con una auto orden que sigo cumpliendo: no escribir frases vulgarísimas, ni palabras o metáforas hacia temas sexuales. De la revuelta callejera en Bogotá me queda una anécdota y se las cuento. Dos jóvenes universitarias marchando con los sindicalistas se ganaron mi rechazo al oírles gritar: “Uta, uta, uta, Duque, su gobierno y sus ministros todos son ‘hijos-de frutas’”. La frase terminaba con dos palabras sucias, me dio asco oírla y les dije en voz alta: “Hola jovencitas, no se rebajen, esa frase es de cantina barata”; muy altaneras me respondieron: “Súmese a la marcha y no joda, viejo guevón”. Moraleja: ladrillazos y vulgares frases lanzaron algunas estudiantes y encapuchados que paralizaron Bogotá cerrando vías, comercios, colegios y supermercados. Punto.

Resultaron vulgares conmigo las dos primíparas. Eso me motivó a destacar las protestas que por radio y prensa hizo el columnista bogotano Felipe Zuleta Lleras contra un sindicalista (Arley Wilson Suarez) que insultando a un patrullero Polinal de piel morena le dijo: “No te metas conmigo negro H.P., no te metas porque te aplasto…”. El insultador quedó fatal y el patrullero triunfó, le ninguneó la vulgaridad. Feo panorama, dos primíparas cantando burradas y un jefe sindical pillado en acto racista. Punto.

Con dos amigos del periodismo más el escritor Juan Esteban Constaín y el teleactor Bruno Díaz, teso hincha del América, vimos la final futbolera en Cali. Nos gustó que ganaran los ‘diablos rojos’ porque sus fieles hinchas sufrieron que la DEA y la Ley Clinton les maltrataran a su equipo hasta sacarlo de la liga profesional. A ella volvió jugando bien y derrochando coraje. Los veremos en febrero jugando con el Deportivo Cali que ‘les quiere bajar el moño’ de ‘campeones’ y derrotarlos limpiamente otra vez. Punto.

El domingo en Bogotá marcharon seis mil personas junto a docenas de actores de teatro cantantes y raperos. Lo hicieron pacíficamente sin lanzar insultos a los patrulleros de la Polinal ni al presidente Iván Duque. Esa debe ser la tónica futura si quieren sumar simpatías. Si sus dirigentes, Fecode & Cia. logran que sus marchas sean alegres, cívicas y civilizadas, pueden recuperar la imagen perdida. Hoy el presidente Duque, elegido con diez millones de votos, recibe el ‘Comando Nacional de Paro’ que encabeza don Diógenes Orjuela. Allí deben portarse respetuosos. Si fallan en eso cometerían un tonto infantilismo. A trabajar todos y colorín colorao.

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