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Vicky Dávila es la papisa

Escándalo simpaticón en Cali: “Que el alcalde se montó en una moto sin casco y para colmos como parrillero y la Policía lo pilló y lo multó”

16 de marzo de 2021 Por: Poncho Rentería

El adjetivo viene bien porque la caleña Vicky Dávila está en la disputada pasarela con alto ‘rating’ y seguidores. Marta Traba fue la papisa, igual Gloria Valencia de Castaño, tenían público propio que es una gran conquista y muy difícil.

Escándalo simpaticón en Cali: “Que el alcalde se montó en una moto sin casco y para colmos como parrillero y la Policía lo pilló y lo multó”. Lo aplaudí por audaz y piloso, era urgente llegar como autoridad a un problemón del invierno, se montó en la moto y como es un tipo cordial pagará la multa. Buena alcalde, otro diría “Lo voy a demandar”. Buena, alcalde Ospina que me cuentan trabaja 18 horas día.

Al pan pan y al vino vino, a Gustavo Petro la papisa Vicky Dávila lo retó a una entrevista para Semana. ¿Qué haría si lo eligen en la presidencia? Gustavo Petro cayó en el erotismo del micrófono, para los analistas, asustó a muchos pudientes. Vanidad de vanidades.

El mismo candidato Petro que es buen expositor de las tesis socialistas de los políticos europeos, falló opinando demasiado. Vicky entró atacándolo pero él exageró infantilmente denunciando que “En Colombia no hay democracia”. Esa ligereza cayó mal por exagerada cuando Petro y su partido tienen mil libertades. Por favor, don Gustavo, aquí no vivimos una dictadura como la de Nicaragua, esa frase exagerada le sonó fatal.

Micrófonos y vanidades y el mundo noticioso nos lleva de Putin a Lady Di y de Trump a Madona y al divorcio del arquero español Iker Casillas de su amada Sara Carbonero, la pareja más querida de España.
Lamentable porque ella con 37 años sufre un cáncer.

Lo sentimos todos y todas, la vida hace guachadas y el caso Iker y Sara lo demuestra. ¿Y los que se salvaron del covid hicieron testamento con su fortuna? Tema caliente, no les gusta y más si tiene dos matrimonios. Punto.

Otra vez llenas las peluquerías. Subirse el ego y sentirse bellísimas es la consigna femenina. Las aplaudo y ojalá ninguna mujer mayor de 25 años use esos horrorosos bluyines rotos mugrosos que parecen sacados de una talega negra callejera. Les queda fatal y no es progre… es medio-mugre.

Atérrense, releí esta columna y me gustó, tiene el tono liviano que quería. La pandemia agoniza y hay que celebrarlo, otra vez a la carcajada y al capitalismo soportarlo por injusto pero es lo que tenemos y a vivirlo y colorín colorao.

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