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¿Quién vendió a ‘Santrich’?

Mucha gente tiene pesar cristiano con el señor ‘Santrich’, quien está mal de salud y con incierto futuro. Preguntas que zumban en los almuerzos bogotanos sobre los escándalos jugosos.

21 de mayo de 2019 Por: Poncho Rentería

Mucha gente tiene pesar cristiano con el señor ‘Santrich’, quien está mal de salud y con incierto futuro. Preguntas que zumban en los almuerzos bogotanos sobre los escándalos jugosos. ¿Alistan empapelada a altos mandos militares y al ministro de la Defensa, Guillermo Botero? Sí, se lo escuché al parlamentario Verde Inti Asprilla. Otra: ¿En la terna para elegir Fiscal General exigirán cuota los jefes políticos? Lo harán, allí hay tres mil puestos jugosos. ¿Por qué no mostraron antes el video donde ‘Santrich’ planea su multimillonario negocio? Porque era de la DEA que exigió reserva. ¿Quién es el culpable del derrumbe de ‘Santrich’? No fue el uribismo, ni Paola Turbay, ni Paloma Valencia, ni el ‘franchute’ Arturo Vélez; fue su amigo Marlon Marín, el sobrino de ‘Iván Márquez’ que le pintó ‘pajaritos de oro’ y millones de dólares para su partido. Punto.

Escándalos que asustan. Al tiempo del encontronazo de la Fiscalía con la Justicia-especial, JEP, resucitó el problemón jurídico que tienen unos exmagistrados dizque por ser del elitista ‘cartel de La Toga’. El examiguísimo de los togados acusados, Gustavo Moreno, cantó en Miami a la DEA hasta el himno nacional de Grecia, es más, contó de dónde son los cantantes que según el cubano amigo Pardo Llada eran de Sagua La Grande. ¿Quién será el próximo Fiscal General? Y, ¿tendrá la simpatía del fogoso periodismo que exige rectitud total?

Fue Marlon su amigo quien llevó a ‘Casa-Santrich’, en Bogotá, a los falsos ‘empresarios e inversionistas’ que buscaban comprarle a las Farc diez toneladas de coca, cada una de mil kilos. El avispadísimo en desgracia Marlon Marín cayó por sus debilidades, muy amigo del whisky, de bares, rumbas, salsa y champetas. Le coquetearon los de la DEA regalándole un horroroso reloj grandote y brillante, el que excita a los atracadores, y cayó.

Penoso que ‘Santrich’ entrara a esa conversación a los 59 años, cegatón y parlamentario. Mordió el anzuelo en un feo infantilismo político tras decirle al país que era castrista, marxista y revolucionario. Poco leyó a Gilberto Vieira-White, a Gerardo Molina y Diego Montaña Cuéllar. Moraleja: el sobrino ‘genio’ soñó un Ferrari rojo y mansión en México y el gringo de la DEA lo pilló. De este novelón salen mal las Farc y el acuerdo Gobierno-Farc en Cuba. Arreglen ese lío y menos vanidades. Punto.

Nunca imaginó ‘Santrich’ que él iba a sacudir la estantería política del país. ¡La sacudió pero se ganó un problemón!

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