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Pardo Llada y su Marilyn

Pardo Llada, una biografía maravillosa. Lo conocí muchísimo, me alojé en su casa caleña 199 veces y viajamos juntos por Cartagena, Madrid y Buenos Aires con Lulita Arango y Elsy Calderón, esposas

3 de agosto de 2021 Por: Poncho Rentería

Ciertísimo, era rubia y bellísima Marilyn Monroe y al igual que su enamorado José Pardo LLada se murió un agosto caliente. Pardo Llada, mi entrañable amigo, mi compañero de viajes, de política y de mil almuerzos, murió un agosto abrazado a su pareja Elsy Calderón y escuchando La Guantanamera.

Pardo Llada, una biografía maravillosa. Lo conocí muchísimo, me alojé en su casa caleña 199 veces y viajamos juntos por Cartagena, Madrid y Buenos Aires con Lulita Arango y Elsy Calderón, esposas. Pardo Llada como Olga Guillot y Cabrera Infante, perdió su país. Fue un demo-liberal-republicano, gran periodista, abogado y político. Pasó a ser anticastrista porque vio que Cuba la gobernaban los torpes e ignorantes amigos de los ‘Castro-brothers’. En Cuba fue el periodista radial de más audiencia. Poco democrática nos resultó la Cuba bella que soñábamos de jóvenes. La ineptitud dirigente, el infantilismo político, la torpeza de ocho presidentes gringos, la mala leche de USA y el bloqueo económico, los hundió.

Pardo Llada salió de Cuba a España, de allí lo expulsaron por opiniones antifranquistas. Llegó a Cali buscando clima cálido, sin dinero y a lo suyo: periodismo. Y por 47 años acertó en televisión, en radio y de liviano columnista. Sembró La Guantanamera. Seguido de “El equipo amado”.
Pardo Llada, un musical alegre, un caribeño, un burlón, teatral, un cubano profundo, siempre nostálgico de Cuba.

Fundó el cívico Movimiento Cívico logrando altísima votación y (gracias viejo querido) mi curul de parlamentario donde lo hice bien y eso me abrió El Tiempo, El País, ALÓ y la televisión. Fue embajador en Noruega.
Viajó a Cuba con su novia-esposa Elsy Calderón, recorrió el Malecón y vio a los torpes sectarios mandando. Cali le dio mil cariños por cívico.

No asistí al entierro, Pardo no podía acompañarme al ron Bacardi que siempre me brindaba con cariño grande. Fuimos entrañables e íntimos amigos por 35 años desde el primer día que nos conocimos en la Librería Nacional. En El Tiempo ese día conté mi decepcionante viaje por Cuba con Alejandro Obregón, Roda y María Fornaguera. Se arrimó a mi mesa…
“Mira chico, cuéntame todo lo que viste en la Habana en bares, tiendas, librerías, helados, música y teatros”. Le hablé largo, estuve divertido e inteligente. En esas tres horas quedamos íntimos por 35 años. Recibió mil anónimos yo también. Pardo Llada, regio charlista, lector de poesía, de Azaña, de Cabrera Infante y Truman Capote. Pardo Llada, un fenómeno inolvidable y colorín colorao.

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