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Ni el Papa nos ayudó

Me defraudó Su Santidad el Papa hablando al mundo desde El Vaticano...

9 de septiembre de 2015 Por: Poncho Rentería

Me defraudó Su Santidad el Papa hablando al mundo desde El Vaticano el domingo. Ante el abusivo trato venezolano lanzó una censura de terciopelo, una leve jaladita de orejas a Maduro. Habló Su Santidad del lío entre Colombia y Venezuela con muy débiles palabras y con la debida confusión. Leí bien el cable internacional desde el Vaticano y no lo dudo: el Papa no censuró como debía, se cuidó de molestar al terco señor Maduro. Si el Papa no se la juega por Colombia hoy, estamos perdidos como en la OEA y Unasur.Me defraudó el respetable Papa porque él ha visto por televisión la tragedia de miles de gentes arrastrando unos corotos, una cama, una colchoneta y una olla hacia Colombia. Ese grosero ataque daba para una censura pública pero Su Santidad fue prudentísimo con Maduro. Lo serio era haber dicho: “Hoy al gobernante de Venezuela le pido que suspenda a el bloqueo abusivo en la frontera, que permita a las familias reunirse y no seguir derrumbando sus viviendas con tractores”. No lo hizo Su Santidad, prefirió el lenguaje nebuloso.Con toda razón el presidente Santos decidió ser cordial con Maduro desde hace cinco años. Ya conocía el talante belicoso del heredero de Chávez. Por eso en irónica frase bogotana dijo que Maduro era su amigo. Si tratándolo como amigo nos hizo la guachada de la expulsión fascista, ¿imaginan lo que nos haría si se pone bravo? No lo digo para no crearles pánico a ustedes. Tiene aviones rusos nuevos, con alta tecnología y misiles supersónicos. Palabras de un amigo izquierdista. Dijo: “Es que Maduro rompió toda diplomacia, pegó durísimo y humilló demasiado”.Habló el Papa y en do menor dijo: “Invito a un fraternal abrazo entre Colombia y Venezuela, son dos pueblos hermanos que deben construir la paz como único camino”. Flojo lenguaje, cero censuras y flores al aire. Si Su Santidad que conoce a Santos y al mismo Maduro, fue casi tacaño al apoyarnos, estamos mal de apoyos. Hoy en Venezuela, atérrense, llaman ‘Paracos’ a gentes humildes que duermen en carpas. Todo por tener cédula colombiana.Lo cómico, que para justificar los atropellos, el alto mando veneco denuncia por televisión que “Bogotá, Cúcuta y Miami son el epicentro de un complot contra Maduro”. Ese complot es un novelón de cartulina que da para risas y burlas en el televisivo ‘Sábados felices’.

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