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Fue una paliza brutal y en Tv

Brutal fue el ataque en Bogotá contra la Policía. Y produjo ira nacional, al ver ese matoneo en directo por la televisión. Esa salvajada, tipo guerrilla urbana, ocurrió frente al Capitolio Nacional y el Palacio de Justicia.

30 de abril de 2019 Por: Poncho Rentería

En Cali, Palmira, Medellín y Bogotá hoy marchan obreros, sindicalistas y estudiantes. ¿Habrá actos violentos para empañar la Fiesta del Trabajo? Ojalá no sucedan, pero la más histórica de nuestras catedrales el jueves, tras una marcha, fue embadurnada en Bogotá con letreros de sabor criminal: ‘Muerte a los tombos’; otro letrero: ‘Muerte al gobierno facho’ y el tercer pasquín-letrero sobre la pared de la catedral es peligroso y fácil de suceder: ‘Matar a Uribe’. Ese pasquín, invitando a matarlo, no lo han podido borrar, su pintura penetró en la piedra. Punto.

Entiendan el peligro: hoy existen fusiles que a larga distancia matan. A John Kennedy lo mató Lee J. Oswald, disparándole con un fusil a 117 metros. Hoy, asombrados por la violencia sucedida, los sindicalistas de la CUT y Fecode, organizadores de la ‘Gran Marcha’, culpan a unos ‘infiltrados’. Mariana Velandia que los vio matonear, me dijo: “Esos dizque infiltrados tiran la bomba y se esconden en la misma marcha”. Opinen ustedes, usen la malicia. Punto.

Brutal fue el ataque en Bogotá contra la Policía. Y produjo ira nacional, al ver ese matoneo en directo por la televisión. Esa salvajada, tipo guerrilla urbana, ocurrió frente al Capitolio Nacional y el Palacio de Justicia. La lluvia de piedras, ladrillos y papas-bomba fue violenta. ¿Qué los impulsó a ultrajar una catedral católica? De una exijo que no culpen a los matones terroristas musulmanes de Sri-Lanka. Punto.

Viendo juntos la televisión me dijo mi española amiga Maricarmen Fernández: “Joder, esta pedrea a los policías es un linchamiento brutal, están indefensos y los están atacando a ladrillazos”. Los malandros atacantes sumaban cien, pero los policías cuidando la Catedral no pasaban de 30 y su única defensa ante los ladrillazos era un roto escudo de plástico. General Atehortúa: no exponga tanto sus policías, por poco se los vuelven papilla. Punto.

Hoy fiesta del trabajo. Años pasados asistí en Moscú con María Arango, Pedro Clavijo y el embajador Eusebio Muñoz al desfile del proletariado ruso en la Plaza Roja, frente a la tumba de Lenin. Estaba aún el partido del pueblo en el poder, el partido comunista, el que desafiaba con su poderosa fuerza militar al imperialismo yanqui. De eso hoy no queda nada, en Rusia manda el déspota y ex ‘camarada’ Putin y manda el capitalismo salvaje y voraz que el socialismo combatía. Así de revolcado anda este loco mundo, y de Colombia no opino nada, porque hoy es día festivo y se deprimen.

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