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Firme con la corrupción

Derrotado, demacrado y angustiado aparece en las fotos y en la...

7 de octubre de 2015 Por: Poncho Rentería

Derrotado, demacrado y angustiado aparece en las fotos y en la televisión el expoderoso, exgobernador de Cundinamarca, don Álvaro Cruz. Está en ese lastimoso estado porque pisoteó el código penal siendo millonario. Lo peor: que está preso y duerme en un camastro en el frío ‘bunker’ de la Fiscalía en Bogotá. Don Álvaro hoy debe estar odiándose porque delinquió buscando tener más millones de los quince mil que ya tenía.Motivos tiene este exgobernador para estar angustiado: la Fiscalía le demostró que él sobornó, con muchos millones, a tres concejales de Bogotá, tres garosos pillos, para que le dieran un contrato de pavimento de calles. Se lo dieron y subió en nueve mil millones su patrimonio. Poco le servían. Ya era multimillonario y casado con una jurista de bufete exitoso.Derrotado y angustiado tiene que estar el exgobernador Cruz porque su caso es gravísimo, va para la cárcel a los 68 años, y para colmo le pillaron otro delito: intento de soborno a un alto funcionario de la Fiscalía. Soborno que no coronó porque el recio vicefiscal Jorge Perdomo mandó al recadero al carajo y lo denunció. Doy los nombres de los concejales de Bogotá que recibieron el soborno: Orlando Parada, Hipólito Moreno y Roberto Camacho-Casado. Idiotas, ganaban veinte millones-mes y se metieron un autogol. El exgobernador, avergonzado con su familia y sus amigos estará pensando: “Fui estúpido y torpe”.La palabrita ‘corrupción’ se devaluó penosamente, tanto que en Córdoba, zona costeña, descubrieron una trampa de ochenta mil millones en unas jubilaciones falsas con ayuda de los maestros. Y para reír, que en Candelaria, Valle, un señor que busca ser concejal colgó un pasacalles que dice “José Castillo, firme con la corrupción”. Ingenuo el aspirante a concejal porque quiso poner “contra la corrupción” y su pintor se equivocó para risas de sus votantes y del periodismo nacional.Creo mucho en la autocrítica de los pillados en delitos y se tiran su vida. Que un millonario en grande como el exgobernador Álvaro Cruz busque ser más millonario con trampas es un autogol doloroso. Por eso está preso y creo que en su soledad del calabozo, debe estarse diciendo: “Qué pelotudo, qué imbécil fui al meterme en este lío cuando ya era millonario”. Goloso, lujurioso, ambicioso o algo así. Hoy en España al exministro Rodrigo Rato, eminencia en economía europea, le espera cárcel, se embolsilló colosal fortuna desde su trono ministerial. ¡Otro idiotón!

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