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El franchute buena-vida

Esas bellas mujeres que nos decían por la televisión “viaje a París y regálese buena vida” ya no salen.

27 de octubre de 2020 Por: Poncho Rentería

Esas bellas mujeres que nos decían por la televisión “viaje a París y regálese buena vida” ya no salen. Lo del buen vivir, lo de la buena vida se nos acabó, nos jodimos todos y doy la primera prueba: es jartísimo usar la mascarilla. Pilas, úsenla rosada, amarilla, no oscura ni moda Halloween con colmillos de murciélago. El covid pica hasta a los aristócratas ingleses.

Viviendo 55 años en Bogotá con 39 años gastados como parlamentario, en el periodismo, la televisión y activo en el ‘circo nacional’ que tiene 5000 artistas, he conocido deliciosos y seductores personajes con sabrosona biografía. Entre ellos, José Pardo Llada, Ivonne Nicholls, Jesús Olazabal, Miki Tassara, Salvo Basile, Shakira, Paola Turbay, Marielena Deming, Amparo Grisales, Faustino Asprilla y un ‘buena-vida’, Arturo Vélez Sierra, un pereirano hoy de 79 años, muy internacional al que sus mil amigos-amigas llamamos ‘El franchute’ que escribió 18 años en El Espectador y denunció muchos ‘torcidos multimillonarios’ en licitaciones con marrullas.

Hijo de papá riquísimo, un suertudo, nació con buena pinta, alegre, regio golfista, regio tenista, regio esquiando, curioso de todo, muy taurino, regio cocinero. En Madrid vivió 45 años como financiero y dueño del restaurante ‘El Marquez’, allí ganó centenas de millones y el Covid-19 lo obligó a cerrarlo antenoche porque toda España está en toque de queda, cero bares, cero tascas, acostada seis de la tarde. Horror, cero ‘buena vida’. Y lo rico que era pasear por calle Goya, el parque de El Retiro, por Serrano y pasar tres horas en El Corte Ingles.

El Franchute, feliz residente en Cali, al cerrar anoche ‘El Marquez’ en Madrid, pidió a su socio madrileño Juanito Olivares que se venga a vivir al rico clima caleño y monten el mismo restaurante. Bravo Franchute, así se combate el odioso virus, te diviertes y salvas a tu socio del tedio que azota a España, un país de libertarios ahora sin copas en la tasca, los bares cerrados y sin vinos el fútbol televisivo. El Franchute es feliz en Cali, tiene amplia terraza vecina de palmeras y samanes. Franchute, tomándose un vino de Rioja me dijo anoche: “Créeme Ponchito que a mí ni el covid me quita lo bailao”.

Y voy a Salvo Basile mi entrañable camarada con quien charlo cada día y transmite vitalidad, fuerza, pelea por los más pobres de Cartagena pidiéndoles mercados a los pudientes. Salvo me llamó al celular y soltó una sola frase: “Mamma mia, calamidad mundial sufre mi Italia, sufre Europa y se nos puede caer la estantería”. Salvatore Basile por italiano católico y gran servidor social, tiene seguro el cielo y colorín colorado.

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