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Duque recibe poca crítica

Como gobernar un país revolcado, casi arruinado y en seria crisis no es un paseo ecológico por un campo de golf, a Iván Duque hoy le llueven críticas, regaños y adjetivos como dictador y fascista. Punto.

12 de marzo de 2019 Por: Poncho Rentería

Como gobernar un país revolcado, casi arruinado y en seria crisis no es un paseo ecológico por un campo de golf, a Iván Duque hoy le llueven críticas, regaños y adjetivos como dictador y fascista. Punto.

Me sonó mi celular, ring, ring. ¿Cómo anda la movida por Colombia?, me lo preguntó desde Helsinki, donde vive, el antropólogo Juan Pablo Correa, hijo de mi Lulita Arango esposa. No quise contarle que en su amado país el curubito político está intoxicado en largas discusiones jurídicas porque los prohombres de la Farc y del gobierno cometieron en Cuba muchas chambonadas. Y esa opinión no es mía, me la dijo un amigo exministro que no le tiene adoración religiosa al expresidente Uribe ni busca puesto diplomático con Iván Duque, un observador crítico y sensato. Punto.

Al antropólogo Juan Pablo preferí contarle que en Colombia esta semana se presenta Juan Manuel Serrat, el catalán que ahora insultan los aventureros por no apoyarles su infantilismo antiespañol bajo la máscara de conseguir la independencia de Cataluña. De carambola le conté que los opositores al gobierno de Duque están clavándole adjetivos exóticos, a veces lo llaman ‘dictador’ y en otras lo acusan de estar gobernando a Colombia con medidas de sabor fascista. Por favor, exageran como si fueran primíparos de periodismo en Maracaibo donde hoy ven a Kid Maduro como un demócrata víctima del imperialismo yanqui. Punto.

Y dejo clarito que no ejerzo de columnista-gobiernista, no aceptaría de este gobierno cargo diplomático ni asesoría pagada ni auto blindado ni contrato millonario con poco oficio y mucho ocio. Punto.

Preguntándole a Juan Pablo por Finlandia, me respondió que es un país libre de mendicidad, de atracos callejeros y sin robos al dinero público. Eso contrasta con los asaltos que aquí cometen a los hospitales y licitaciones públicas muchos notables con curul y votos.

Y como no quería mortificar al antropólogo Juan Pablo, que es un serio ecologista en su vida diaria, no le conté que la guerrilla aquí sigue reventando el oleoducto petrolero en el Vichada, Putumayo y Santander. Esa mala noticia fijo lo afectaría como afecta al soñador ecológico Miky Calero.

No viene ninguna guerra por el novelón de la JEP que tendrá pequeños cambios; no se alarmen, gocen el clima tropical porque Juan Pablo en Finlandia hoy tiene ocho grados bajo cero. Olvídense de la discusión por la JEP durante quince días y les nace pelo y recuperan la sonrisa…

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