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¿Y los bienes de verdad?

El Gobierno no sabe dónde esconderse. Las duras declaraciones de sus débiles ministros no logran disimular la vergüenza que produce ver el reporte de bienes entregado por las Farc.

27 de agosto de 2017 Por: Pedro Medellín

El Gobierno no sabe dónde esconderse. Las duras declaraciones de sus débiles ministros no logran disimular la vergüenza que produce ver el reporte de bienes entregado por las Farc. El largo listado de utensilios de cocina y baño, los nombres de las fincas en su poder (entregadas sin especificar tamaño ni ubicación), los 49 vehículos y las 130 cabezas de ganado que dicen tener en su poder y los bienes por cerca de 30 mil millones de pesos confiscados a las mafias (¿?), que sumadas a las cirugías reportadas como “inversión social” o los 3 mil 700 kilómetros de carretera que dicen haber construido, solamente producen entre indignación y risa.

Es tan frágil el listado, que los $963.241 millones en que esa organización guerrillera calcula el valor de los bienes reportados, son superadas por el billón de pesos que valen las 450 mil hectáreas, en poder de personas vinculadas a las Farc, que hasta ahora dice haber identificado la Superintendencia de Notariado y Registro.

No hay que olvidar que por lo menos durante una década, las Farc tuvieron el control de toda la cadena de valor del narcotráfico, así llegaron a convertirse en el mayor exportador de cocaína del país. Y que hasta la muerte de alias El Negro Acasio controlaban el 80 % de la base de coca del país. Según los medios de entonces, eran las épocas en que esa organización llegó a mover hasta 300 toneladas para exportación. También fue la época en que 147 soldados que realizaban operaciones en las selvas del Caquetá, encontraron enterradas varias canecas repletas de millones de pesos y dólares. Según la revista Semana, “aunque nunca se supo con exactitud el monto, se especuló que la cifra podría rondar los 40.000 millones de pesos”.

Después de la muerte del ‘Negro Acasio’, esa “línea de negocio” sufrió un golpe tan fuerte que las Farc tuvieron que reorganizar su participación en el negocio. Pero no dejó de ser relevante, como no lo ha dejado de ser el ingreso de dólares a esa organización. ¿Cómo explicar el origen de los 10 mil dólares que les dieron de “viáticos” a los guerrilleros que iban desde el Putumayo a las fiestas de San Pedro en Neiva?

Tampoco se puede olvidar que las Farc, llegaron a golpear tan duramente a los ganaderos, que según los expertos, su control llegó al punto que en regiones como el Meta, Caquetá y Huila se convirtieron prácticamente en un fondo ganadero. Los cálculos más pesimistas estiman que esa organización llegó a tener en su poder, solamente en esa región algo más de 40 mil cabezas de ganado, en el peor de los momentos.

A estas fuentes de ingreso hay que agregar los recursos provenientes de la extorsión, el secuestro y más recientemente, la minería ilegal. Y no se trata de fuentes despreciables, tampoco de cantidades menores. Eso lo constató la Fiscalía General de la Nación cuando hace ya un año adelantó un estudio detallado sobre las finanzas de las Farc con el que logró detallar algunos de los negocios ya legalizados en sectores económicos como la ganadería y el comercio y la compra y venta de tierras.

Más allá de los montos que puedan alcanzar sus finanzas, lo que queda en franca evidencia es que –con su irrisorio reporte- no están generando pruebas de responder a las medidas de “seguridad y confianza” que necesita el proceso y que tanto han reclamado del gobierno y el Estado colombiano.

Que no quieran entregar todas las armas y todos los bienes, porque desconfían del gobierno, es comprensible. Querrán tener una base que les proporcione cierta seguridad. Incluso que hayan aprovechado la ocasión para reírse del Presidente. No importa. Pero que conviertan esa entrega en una burla a las víctimas, no.

Que las Farc no olviden que, en su acción armada, el haber violado las reglas de la guerra y los derechos de las personas protegidas por los acuerdos internacionales, les da la condición de victimarios. Y eso les impone una responsabilidad. Que no la eludan.