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¿Los dejamos solos?

Pareciera que se estuvieran refiriendo a los secuestrados de un país muy...

5 de diciembre de 2016 Por: Pedro Medellín

Pareciera que se estuvieran refiriendo a los secuestrados de un país muy lejano. Incluso algunos senadores se notaban molestos. Otros reclamaban que se trataba de una sesión convocada para ‘refrendar’ los acuerdos de La Habana. En su intervención el periodista Herbín Hoyos no paraba de leer los nombres de los centenares de personas que permanecían en poder de la guerrilla. Los mismos que están en las listas del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). El mismo que tantas veces han invocado los negociadores de La Habana para hablar de las reglas de juego en Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario. “Alexander Herrera, secuestrado en Jamundí, 2014; Álvaro Hurtado Bernal en Florencia en 2013; Harvey Rojas en 2014 en Lejanías (Meta); Cristian Andrés Zuleta, (patrullero) secuestrado en Tuluá 2012; Edilma Velásquez, en marzo de 2012; Eduardo Blanco, marzo de 2012 en Tame (Arauca); Elías Parra secuestrado en julio de 2012; Herney Cerquera Orozco, 9 diciembre de 2012; Gina Paola Uribe Julio de 2012, Gonzalo Vargas, 17 de abril de 2013; Fredy Vicente Erazo, 27 de junio de 2012; Henry David López Márquez, en Corozal (sucre) en abril de 2013; Albeiro de Jesús Echavarría, 29 de agosto de 2012; Jairo Ruiz Carreño, noviembre de 2012; Javier Silva, 21 de abril de 2012; John Fredy Franco, 5 de abril de 2013; José Rafael Sánchez Valerio, 29 de junio de 2012; Juan Fernando González, 10 de Agosto de 2012; Julián Guillermo Monsalve, 30 de abril de 2012; Julio Fernando Vargas (ciudadano guatemalteco) secuestrado el 25 septiembre de 2012; Leonardo Herreño Torres, 20 de enero de 2012; Leonela Santiago Luna, 17 de Octubre de 2014; María Claudia Daza 27 de marzo de 2012; Norberto Mojica León, Agosto 2014; Norma Torres, Febrero de 2012; Pedro Luis López, 15 de febrero de 2015; Fredy Albeiro Marín Jiménez, secuestrado el 15 de enero de 2016. Un listado que nadie fue capaz de retomar en el debate. Ni los oradores de los partidos políticos, ni los defensores de ocasión de los acuerdos. Mucho menos los negociadores del gobierno, que estaban presentes en la sesión. Ni siquiera aquellos quienes se llenan diciendo que hay que dar el Sí, porque es la garantía de que no habrá una víctima más de una guerra inclemente.Más bien dejaron ver su escasa tolerancia cuando la senadora liberal, Sofía Gaviria, exigía a las Farc una respuesta sobre dónde estaban estas personas. Cuando, en su condición de víctima de esa organización guerrillera, levantó su voz para que fuera la misma de aquellos que continúan pasando por el dolor del secuestro. La reacción de sus colegas fue penosa. Cuando no hicieron sentir los calificativos de “loca” o “desquiciada”, simplemente dejaron resbalar burlas soslayadas a la intervención de la senadora antioqueña. Su llamado a que las Farc respondieran por esas personas quedó en el vacío. En los medios el silencio fue sorprendentemente mayor. Las revistas, los periódicos y demás medios, pasaron tranquilamente por encima del llamado desesperado de quienes intervinieron en el Congreso. Como si se tratara de un problema de otro país. En el Acuerdo del Teatro Colón, solo hay una mención en las 297 páginas suscritas el 24 de noviembre de 2016. Y sólo en la página 262, para considerar “la conexidad de los delitos políticos con el delito de apoderamiento de aeronaves, naves o medios de transporte colectivo cuando no hay concurso con secuestro”. De resto, ni una sola mención. Ni una responsabilidad, ni siquiera una obligación de las Farc de entregar a los secuestrados o por lo menos de delatar a las bandas criminales que secuestraron para ellos a miles de colombianos. El Comité Internacional de la Cruz Roja haría bien en publicar los listados, para exigir que sean devueltos. Y nosotros los ciudadanos no parar la presión sobre las Farc para que los liberen. A menos que esta organización guerrillera, pruebe lo contrario. No se pueden quedar solos.