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Más empatía, Presidente

¿Será mucho pedirle al presidente Duque que les ordene a los Ministros del Interior y de Defensa y a la Consejera para los Derechos Humanos, que se reúnan con la directora de la Ubpd

14 de marzo de 2021 Por: Vicky Perea García

A este Gobierno le falta empatía: no sólo el ministro de Defensa, Diego Molano, exdirector del Instituto de Bienestar Familiar, afirmó que los niños reclutados por los grupos armados se convierten en “máquinas de guerra” y, por consiguiente, es legítimo bombardearlos; y el Presidente se abstuvo de darles el pésame a las madres de los niños bombardeados en combate (recuérdese el episodio que tumbó al ministro de Defensa Guillermo Botero), sino que, al parecer, al Estado en general parece importarle poco la suerte de los desaparecidos.

Para corroborarlo, no es sino leer la entrevista que El Espectador le hizo a Luz Marina Monzón, directora de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (Ubpd).

Pregunta el periódico: “¿Qué tanta disposición y voluntad política ve por parte de este Gobierno en la búsqueda de los desaparecidos?”. Y la doctora Monzón responde: “En determinado momento se dieron unas palabras en privado del presidente, Iván Duque, diciendo que le parecía muy importante buscar a los desaparecidos, pero hay unas conductas contrarias a esa idea por parte de los ministerios. Nosotros no hemos logrado tener una comunicación con el Ministerio del Interior para el tema de cementerios y la articulación con el territorio, no hemos podido tener una conversación de alto nivel con el Ministerio de Defensa, no hemos podido reunirnos todavía con la Consejera de Derechos Humanos y eso afecta muchísimo, porque estas articulaciones son indispensables para impulsar la búsqueda. No se ha dado una comunicación a alto nivel, no hay convenios, no hay compromisos concretos, no hay información que fluya, no hay una relación eficaz”.

Mientras tanto, los familiares de los 113.000 desaparecidos (sin contar el subregistro), siguen deambulando de morgue en morgue y de fosa común en fosa común, a ver si de pronto encuentran un hueso o una mandíbula de sus hijos, de sus padres, de sus parejas… Es que no hay delito más atroz que la desaparición forzada porque la angustia que padecen las personas cercanas a las víctimas no termina hasta tanto no descubren qué pasó con sus seres queridos. Y, por lo general, esa angustia se vuelve eterna porque es muy difícil encontrar sus restos.

Hasta ahora, la Ubpd ha impulsado la identificación y entrega de 97 cuerpos que habían sido recuperados por la Fiscalía General de la Nación y que estaban en Medicina Legal. Y la Jurisdicción Especial para la Paz encontró 54 en el proceso de identificación de víctimas de falsos positivos. Sin embargo, para que aparezcan los cerca de 110.000 cuerpos restantes, se requiere no sólo que los victimarios se comprometan a fondo con la verdad y digan dónde enterraron a sus víctimas o qué hicieron con sus cadáveres, sino también que todas las entidades del Estado que tienen que ver con el tema trabajen con empeño y mancomunadamente para encontrar a los desaparecidos y ayudarles así, a las víctimas, a sanar su dolor. Y para que las entidades del Estado trabajen así, se requiere que el Jefe del Estado dé una clara orden en ese sentido, es decir, se necesita que haya para ello voluntad política.

¿Será mucho pedirle al presidente Duque que les ordene a los Ministros del Interior y de Defensa y a la Consejera para los Derechos Humanos, que se reúnan con la directora de la Ubpd y trabajen con diligencia y coordinación para que los familiares de los 110.000 desaparecidos sepan qué pasó con ellos?

Sigue en Twitter @patricialarasa