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Esa no puede ser la Ministra

Tal vez Nancy Patricia, contra quien no tengo nada personal, pueda ser ministra de otra cosa. Pero no puede manejar la cartera que, justamente, tendrá que lidiar con los asesinatos de líderes sociales y con las garantías a la oposición

15 de julio de 2018 Por: Patricia Lara

El presidente electo, Iván Duque, había anunciado los nombramientos de los ministros de Hacienda, Alberto Carrasquilla, y de Agricultura, Andrés Valencia Pinzón. Del primero dijo que “fue un exitoso ministro en años anteriores; gerente técnico del Banco de la República; conoce a profundidad los temas monetarios y fiscales, y la estructura presupuestal del Estado”. Y del segundo manifestó que “cuenta con amplio conocimiento técnico y gerencial, y se ha desempeñado como presidente de Fenavi, gerente comercial de la Federación de Cafeteros, gerente del ICA y negociador ante la OMC”. Ambas hojas de vida los acreditan para ejercer esos cargos.

Hasta ahí, todo muy bien. Pero, el viernes, Duque confirmó un nombramiento que me había negado a creer hasta último momento, y que atribuía a especulaciones de los medios. Me refiero al de la exsenadora Nancy Patricia Gutiérrez como ministra del Interior. Al anunciarlo, afirmó: “Colombia tendrá por primera vez una ministra del Interior. (...) Hecha a pulso, ha sido presidente de la Cámara de Representantes”. Sin embargo omitió decir que ha estado presa por orden de la Corte Suprema y que fue acusada de tener vínculos con la parapolítica.

Nancy Patricia Gutiérrez, quien ha sido muy cercana al expresidente Álvaro Uribe, tuvo una fulgurante carrera política en la que pasó del Concejo de Agua de Dios (Cundinamarca) a la presidencia del Senado de la República, como lo dijo en alguna columna Daniel Coronel. Sin embargo, la Corte Suprema de Justicia, en junio de 2008, le abrió una investigación preliminar por parapolítica, después de que la excongresista condenada Rocío Arias, señalara sus presuntos nexos con el jefe paramilitar ‘El Pájaro’. Y la misma Corte Suprema le dictó medida de aseguramiento por tráfico de influencias al conseguir, aparentemente de forma ilegal, información del DAS acerca de un viaje realizado por la exsenadora Piedad Córdoba a México, que ella habría usado en un debate en el Congreso en el que pretendía demostrar la vinculación de la exsenadora con las Farc.

La medida de detención se basó en que, en marzo del 2008, el exdirector de inteligencia del DAS Fernando Tabares, declaró que la jefa de esa entidad María del Pilar Hurtado le dijo que “por órdenes de la Casa de Nariño se debía apoyar a la senadora Nancy Patricia Gutiérrez en un debate que esta tenía pensado hacerle a la senadora Piedad Córdoba en el Congreso”, y suministrarle toda la información que el DAS tuviera contra ella.

Y si bien en el primer caso la investigación contra Gutiérrez fue archivada en el 2014 y en el segundo la acusada fue absuelta en el 2012 por falta de suficientes pruebas, una persona que ha tenido esos señalamientos no puede ser Ministra del Interior en un país que apenas está saliendo de la guerra y en el que todas las semanas matan a líderes sociales y, en muchos casos, los sospechosos de cometer los crímenes son personas vinculadas con el paramilitarismo.

Tal vez Nancy Patricia, contra quien no tengo nada personal, pueda ser ministra de otra cosa. Pero no puede manejar la cartera que, justamente, tendrá que lidiar con los asesinatos de líderes sociales y con las garantías a la oposición… A no ser que el presidente Duque quiera comenzar su gobierno con el pie izquierdo y suministrarle a Gustavo Petro toda la artillería para hacerle imposible el ministerio a la exsenadora.

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Nota: Por vacaciones, esta columna reaparecerá el 26 de Agosto.

Sigue en Twitter @patricialarasa