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¡Detengan ya a los ladrones!

Después de tener tres gobernadores presos (Trino Luna Morón, José Dávila Armenta...

9 de enero de 2011 Por: Patricia Lara

Después de tener tres gobernadores presos (Trino Luna Morón, José Dávila Armenta y Jorge Caballero, acusados de paramilitarismo), y de que al actual, Omar Díaz Granados, de la cuerda de Trino Luna, lo suspendió por corrupción la Contralora General de la Nación, el general (r) Manuel José Bonnett Locarno, antiguo Comandante de las Fuerzas Militares, ex embajador en Grecia, profesor universitario de historia y fundador de la Cátedra Colombia como antiguo director de la Escuela Superior de Guerra, se posesionó el jueves como Gobernador del Magdalena, designado por el presidente Santos.En solemne ceremonia realizada en la Quinta de San Pedro Alejandrino de Santa Marta, con calle de honor de guardias uniformados de azul y rojo, himnos, marchas y ofrenda floral al Libertador, depositada ante el Altar de la Patria por el nuevo Gobernador y su cúpula militar, el general Bonnett, a sus 72 años, asumió unos de sus mayores retos: en este año de mandato que le queda (su período vence el 1 de enero del 2012), tiene no sólo que atender la emergencia humanitaria en que el invierno dejó sumergido al Magdalena y reconstruir los pueblos afectados, sino demostrar que sí es posible erradicar la corrupción y que, cuando se gobierna sin robar, los recursos no sólo alcanzan, sino que se multiplican.Es lo que ha ocurrido, por ejemplo, en Barranquilla, que vivía postrada por la corrupción, y donde el alcalde, Alex Char, ha hecho una labor eficiente y honesta que le ha permitido disponer de recursos para realizar obras que los barranquilleros le reconocen, hasta el punto de que se ha sostenido como el alcalde más popular del país.Pero la tarea que emprende el General, definitivamente, no es fácil: por ejemplo Ciénaga, su tierra natal, dispone, aproximadamente, de ingresos anuales de $110.000 millones, en su mayoría provenientes de regalías del carbón, y tiene gastos de funcionamiento que apenas llegan a $9.000 millones. Pero nadie sabe dónde van a parar los $101.000 millones restantes que, si se invirtieran en mejorar los servicios públicos, el desarrollo, la educación y la salud de los cienagueros, harían, del pueblo del General, unos de los más avanzados del país.Y la capital del Departamento, Santa Marta, a pesar de que no hace parte de la responsabilidad de Bonnett, sí marca la pauta de la corrupción de la clase política de esa, una de las tierras más bellas del Caribe: Santa Marta, como el Magdalena, ha tenido un rosario de alcaldes presos: José Francisco Zúñiga, Fernando Celis, Jaime Solano y Hugo Génneco, acusados de contratación indebida.Y en este instante, al borde del cierre de esta columna, me entero de que el viernes, un juez penal municipal de Santa Marta decidió de manera favorable una tutela interpuesta por el gobernador suspendido y dispuso su reintegro al cargo. La Contralora General está impugnado ya este absurdo: ¡un juez penal municipal no puede cuestionar una decisión administrativa de la Contraloría General!Dios quiera que los corruptos, ávidos de robarse los $23 mil millones que el Gobierno le acaba de girar al General, para que se los haga llegar ya a los damnificados del invierno, y el dinero que está por venir, no logren anular su acertada designación y frustren, así, esta esperanza cierta que el Magdalena tiene de salir del infierno.