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Salve usted la patria

No podemos dejar morir los lugares donde habita la versión festiva y mejor de nosotros mismos, para llegar a un país de sobrevivientes más de seres vivientes.

21 de febrero de 2021 Por: Vicky Perea García

La patria no son solo las instituciones. La patria no son solo las insignias de un pasado glorioso y doloroso compartido.

Patria también son los lugares donde hemos sido felices, los espacios que sirvieron como telón de fondo de los ritos de paso de nuestras vidas.

Donde hemos celebrado nacimientos, aniversarios, llegadas, despedidas, mudanzas de piel. Donde hemos dejado rúbricas sobre documentos y garabateos amorosos sobre servilletas de papel.

No podemos dejar morir los lugares donde habita la versión festiva y mejor de nosotros mismos, para llegar a un país de sobrevivientes más de seres vivientes.

No es posible que despertemos del gran letargo de la pandemia con un país sin cines, sin museos, sin cafés, sin restaurantes, sin hoteles, sin refugios comunes, más allá de la cueva personal donde gravitamos en nuestros afectos cotidianos.

Volvamos a las mesas. Bioseguros, sí. Volvamos a La Barra de Manolo y a Litany, a Café Macondo y Casa Alebrije, a Platillos Voladores, y al Inter y al Marriott y apoyemos el brunch de La Comitiva, y paremos por postres de Milo y obleas de carreteras.

Y hagámonos caminantes del Zoológico de Cali, para hacer parte de sus mañanas distintas. Y compremos la membresía de amigos del Museo La Tertulia para ir a los lanzamientos de obras, y vayamos a Roldanillo el fin de semana para recordar cómo luce el paraíso y cómo saltó del espíritu a las rocas el Museo Rayo.

Y vayamos a las salas de teatro con aforo restringido, a la Cinemateca y La Linterna de San Antonio, y a Zahavi y a Valparaíso, y a los amigos que crearon en pandemia tablas de queso, una marca de sangrías, unas frambuesas con chocolate, un emprendimiento de aliolis, plantas, velas, todo.

Seamos responsables, vamos a distanciarnos, sigamos todas las recomendaciones de los médicos y científicos, no cantemos victoria cuando la vacuna apenas llega a Colombia y tardará tantos meses, largos meses, en forjar la inmunidad de rebaño que necesitamos.

Pero hagamos esfuerzos puntuales y necesarios por compartir lo que tenemos, por irradiar, por proteger a esos que han trabajado duro por restaurar nuestras almas y ahora necesitan un gesto de vuelta, un gesto urgente de solidaridad y fe en la causa de todos.

Protejamos lo que somos. Y somos, sobre todo, un nosotros.

Sigue en Twitter @PGPaolaGuevara

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