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Caminar

“Los pies dialogan con nuestros ojos, con nuestras orejas, con nuestra nariz, con nuestros brazos, con nuestro abdomen y con nuestros sentimientos”

27 de junio de 2021 Por: Paola Guevara

Es una hermosa manera de verlo: caminar es caer, pero caer hacia adelante. Lo dice Laurie Anderson en Walking and Falling, “Caminas. No siempre te das cuenta, pero siempre caes”.

Esta semana, en la que después de un año y medio de encierro finalmente caminé fuera de los confines de la casa y la ciudad, me llevé como compañero de viaje el libro del escritor, explorador y editor noruego Erling Kagge, ‘Caminar’, sobre las ventajas de descubrir el mundo a pie, y donde nos recuerda que explorar no es algo que aprendemos a hacer sino algo que dejamos de hacer al crecer.

Mucho más en nuestros tiempos de pantallas, de redes sociales, de plataformas y virtualidad, han viajado nuestra voz y nuestras ideas pero en completa desconexión con nuestros pies, que “con sus 26 huesos, 33 articulaciones y más de cien ligamentos, músculos y tendones” son una herramienta sofisticada que nos arroja información sobre el mundo que nos rodea y sobre nosotros mismos.

“Los pies dialogan con nuestros ojos, con nuestras orejas, con nuestra nariz, con nuestros brazos, con nuestro abdomen y con nuestros sentimientos”, expresa el autor, quien advierte que los bloqueos mentales y hasta los ataques de pánico pueden estar relacionados con la desconexión con los pies, tan propia de esta era y tan sufrida en especial por los niños y adolescentes en virtualidad escolar.

Así que caminé, leí y caminé, caminé conectada con los dedos de los pies y desconectada de las noticias, caminé por calles nuevas y antiguas, por escaleras, piedras, cuestas, valles, calles empinadas y ruinas milenarias.

Por museos, mercados, plazas, avenidas, parques, rotondas, monumentos, hitos arquitectónicos y simples charcos, túneles, grutas, sembradíos, resaltos.

En el cansancio de la noche contrastaba mis pasos con las reflexiones del autor, quien escribe verdades como esta: cuando caminas “no vives a través de otros. Por un breve lapso te olvidas del resto del mundo. El pasado y el presente importan poco, mientras pongas un pie delante del otro”.

Recordé la relación que establece Haruki Murakami entre la escritura y el camino, o el elogio que hace Boris Cyrulnik, el padre de la resiliencia, sobre aquellos ciudadanos que al caminar o al correr se apropian del espacio de su ciudad en actos de heroísmo solitario, donde no hay enemigo a vencer más que la milla extra del cansancio en cada uno.

Caminar es un acto político, y Erling Kagge tiene razón cuando dice que es antidemocrático estar lejos del asfalto por donde transitan las personas sobre las cuales gobiernas. Pero caminar es, ante todo, un deber físico y emocional con uno mismo. Escribo estas líneas, y salgo de nuevo por la puerta.
Sigue en Twitter @PGPaolaGuevara

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