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Tan xenófobos como Trump

No necesitaba un mundo como el nuestro, agobiado por un drama humanitario...

2 de febrero de 2017 Por: Paola Andrea Gómez Perafán

No necesitaba un mundo como el nuestro, agobiado por un drama humanitario sin precedentes, que el presidente de una de sus mayores potencias resultara un xenófobo, ultra nacionalista y cuyas acciones lo delatan también como machista.No esperábamos ver cómo en cuestión de días el magnate de realities y reinados confirmara que su discurso de campaña no era solo una estrategia electoral. Hoy, después de reafirmar su idea de levantar un muro en la frontera con México; de restringir el ingreso de viajeros de ocho países islámicos y de anunciar más controles a la expedición de visas a su país, el mundo empieza a pensar hasta dónde llegará Donald Trump, el hombre que va adelante, mientras su esposa, paradójicamente extranjera, va un par de pasos atrás de él.Ya vemos cómo reaccionan la prensa, el mercado y las mujeres, por citar algunos ejemplos, a su mandato. Solo un día después de posesionarse fuimos testigos de cómo miles de mujeres lideraron una marcha en su contra, sin precedentes. El movimiento ‘pussy hat’, como se llaman, recuerda con su nombre que el Presidente tiene en su haber frases célebres como esta: “Puedes hacer cualquier cosa a las mujeres”, incluso “agarrarlas de la vagina”. Lo que me sorprende, más que el colegio electoral de Estados Unidos haya elegido este Presidente, es que la xenofobia que hoy vemos en la viga ajena convive a sus anchas en el resto del mundo. Que ese sentimiento de superioridad se ha vuelto universal. Que cada vez nos duele menos la tragedia de los naufragios de barcas atestadas de gente huyendo de la guerra y que las imágenes de niños muertos en la playa o cubiertos de escombros nos conmueven un par de días, pero luego olvidamos que hay un país que se extingue por el odio. Me sorprende también cómo edificamos muros invisibles que no nos dejen ver la miseria de nuestras ciudades. O cómo creamos guetos donde solo quepan los iguales o mejores que nosotros y que también desde el discurso ahondamos esas diferencias que destrozan la humanidad.Si bien, hoy siento miedo con lo que pueda pasar con un xenófobo, misógino presidiendo Estados Unidos, me preocupa más la xenofobia y la indolencia inconsciente del resto del mundo. Porque nada bien nos hace el menospreciar tragedias por ser extranjeras, cayendo en la tontería de compararlas con las propias como si eso nos hiciera más gente. “Les duelen los niños de Siria pero no dicen nada de los que mueren en La Guajira”, ¿les suena familiar? A ver si el señor Trump, con todo su ruido y su soberbia, nos permite volver los ojos a nosotros mismos y reconocer cuándo somos excluyentes, cuándo estigmatizamos y cuándo arrollamos al otro para no poner en riesgo nuestra ‘fortaleza’. Por lo menos que para eso sirva el protagonismo de ‘El Aprendiz’ de Presidente. Sigue en Twitter @pagope