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Parces en vez de sicarios

Tarde de septiembre de 1994, en el oriente de Cali. Alonso, un...

5 de agosto de 2010 Por: Paola Andrea Gómez Perafán

Tarde de septiembre de 1994, en el oriente de Cali. Alonso, un mediador de conflictos, de esos locos convencidos de que se puede revertir la más desesperanzadora realidad, se sienta en un parque con un grupo de adolescentes, que esconden su rostro detrás de una gorra. Alonso los invita a conversar, les cuenta que hay otra opción en la vida. Que la pobreza no sólo se cura con el maldito dinero de la violencia. Y ellos lo escuchan, lo respetan. De cerca, pero en silencio, los observamos un grupo de estudiantes de periodismo. Los jóvenes lanzan mil preguntas, pero creen en Alonso.Años después supe que algunos se convirtieron en líderes y que aprendieron el discurso de la paz. De Alonso, en cambio, no supe jamás. Pero en estos días, cuando pareciera que inexorablemente estuviésemos condenados a ver cómo miles de jóvenes son atrapados por la delincuencia, cómo quisiera volver a saber de él.Alonso era uno de los consejeros del programa Parces –sigla que traduce Participación, Convivencia, Educación y Superación– una de las estrategias más valiosas que implementó el ex alcalde Rodrigo Guerrero en el recordado Programa de Desarrollo, Seguridad y Paz, Desepaz. En Parces, financiado con recursos del BID y la empresa privada, más de mil adolescentes encontraron un salvavidas para exorcizar la violencia. Se reunían en las casas de la juventud, le apostaban a microempresas, al deporte, a la vida. Cuánto bien nos haría contar con un programa como Parces, con una política integral de seguridad como Desepaz. Cuánto bien nos haría tener líderes como Alonso en esos barrios donde se contratan sicarios para que maten por un millón y medio de pesos, como ocurrió con el asesino de 17 años que segó la vida del decano de Economía de la Universidad Santiago de Cali. Cuánto bien nos haría en esta ciudad donde muchos se lavan las manos y hacen politiquería con el cuestionado Código del Menor, elaborar un análisis serio y no paliativos de última hora. Señor Alcalde, usted que conoce de primera mano lo que la violencia es capaz de causar, apuéstele a más iniciativas como el Plan Talentos. Siéntese con sus colaboradores a diseñar estrategias para salvar esa generación que se nos muere. Dígales a los empresarios que se metan la mano al bolsillo y le ayuden a financiar un nuevo Parces. Y por lo que más quiera no permita que sigan reclutando a nuestros adolescentes para convertirlos en sicarios. Está muy bien lo de las megaobras, pero mejor estaría salvar las vidas de aquellos que sin haber llegado a la mayoría de edad están condenados a muerte. Alcalde, usted que es médico reviva Parces.