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La ruleta sexual

El juego le ha dado la vuelta al continente. Hay más de...

23 de mayo de 2013 Por: Paola Andrea Gómez Perafán

El juego le ha dado la vuelta al continente. Hay más de diez páginas en Facebook, la nacional tenía hasta ayer más de 700 seguidores. En Google aparecen cuatro mil y pico de notas con su referencia. Y en Youtube y Twitter, así como en los portales de los diarios, los comentarios esta semana han estado al rojo vivo.Creo que a estas alturas, la mayoría tenemos claro de qué se trata el juego de la ruleta sexual: el hombre penetra a la mujer, que está de espaldas a él, evitando la eyaculación para no ser eliminado. Y claro, ganan los que mayor resistencia tengan, mientras la mujer es penetrada una y otra vez. Hasta ahí, digamos que la cuestión resulta subida de tono y cada cual que se haga su propio juicio. Pero el problema es que según las denuncias, lo juegan entre adolescentes, tal y como lo explicó la modelo Pilar Ruiz en un programa chileno. Se sabe, además, que lo están practicando en fiestas de colegio. Que incluso lo han hecho a escondidas en instalaciones escolares.También lo hacen en discotecas, las mismas que de manera irresponsable les abren las puertas a adolescentes ávidos de emociones extremas, donde bailan choque, toman licor y consumen drogas que les permitan mantener la excitación necesaria. Se citan en redes sociales. Se exhiben en ellas para venderse como atractivos jugadores. Trascendió, incluso, que una adolescente de 14 años en Medellín resultó embarazada, luego de practicar el juego. Y que la ruleta sexual se juega en Cali, Bogotá y Cartagena.No es cuestión de moralismos. Es una preocupación de salud pública, ante una práctica peligrosa que está haciendo carrera en personas que no llegan aún a la adultez. Y eso debería ser de urgente tratamiento para las autoridades educativas y de salud en Colombia, además del Icbf, que hasta el momento no se pronuncian con vehemencia frente a lo que está pasando.Tampoco veo que se tomen las medidas de prevención urgentes para que el tema deje de ser visto como un juego del que todo el mundo habla y sabe que existe, pero no pasa nada. Sería muy triste que tras esta audaz jugada veamos cómo aumentan los casos de adolescentes embarazadas, jóvenes con sida y otras enfermedades venéreas. Como madre de familia estoy perpleja, como sé lo están muchos padres de adolescentes. Y es justo ahí, en la familia, la base de la sociedad, donde debemos trabajar sin bajar la guardia para evitar que este tipo de fenómenos, así como el bullyng y tantos otros males que persiguen a nuestros jóvenes se vuelvan paisaje. Estamos a tiempo de alertar a nuestros jóvenes sobre los peligros de la ruleta sexual. Y son los padres, junto a los maestros quienes debemos iniciar la tarea antes de que sea demasiado tarde.