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La prima mermelada

¿Por qué nos indigna que a los congresistas les reasignen una prima...

10 de octubre de 2013 Por: Paola Andrea Gómez Perafán

¿Por qué nos indigna que a los congresistas les reasignen una prima mensual de $7.898.445? Sencillo: porque por más legal y necesaria que digan que sea, resulta muy conveniente que la misma se les otorgue justo cuando el Gobierno necesita que el Congreso le apruebe proyectos engavetados; porque dicha decisión representa más un acto de desesperación de un Presidente candidato, con una bajísima popularidad. Porque suena más a mermelada o soborno para tener a todos contentos.¿Por qué la rabia y las voces de protesta? Porque la imagen del recinto del Congreso casi vacío, con unos cuantos congresistas chateando y viendo el ipad es un insulto. Porque pareciera que el ajuste de listas y las alianzas partidistas les interesa más que el estudio a la reforma a la salud, las sanciones a los conductores borrachos o la violencia en los estadios, por ejemplo. Porque el ausentismo se convirtió en un hábito de muchos honorables padres de la patria. Basta con ver el vídeo del debate a la violencia en el fútbol en el que el inspector de la Policía, general Yesid Vásquez le habla a un público al que poco le importa lo que el oficial tiene para decir. Mezquino resulta tratar de reducir el debate a un asunto de matoneo virtual, amparado en el resentimiento social que aflora hoy más que nunca. Mezquino y facilista decir que los medios han distorsionado la información y que este es un mero trámite que en cualquier momento iba a ocurrir. Mezquino descalificar la indignación, argumentando que la mayoría no sabe qué está pasando.No señores. El país sí sabe por qué protesta: porque está cansado de los abusos de la clase política, de las noticias de corrupción y la falta de gestión de sus líderes. Porque le duele que mientras un obrero al que le pagan por hora trabajada, al congresista que no va a trabajar le asignen una prima mensual, que más parece un regalo del candidato Santos.Porque más allá de las explicaciones jurídicas y de la filigrana con que se asignan los auxilios parlamentarios lo que está muy claro es que a un empleado que no asiste a su trabajo no se le premia con una prima. Porque eso es un bofetada para el ciudadano de a pie, en un país donde cada día se emplea más por prestación de servicios que con un contrato serio, con prestaciones sociales. Porque muchos de esos congresistas que son tan vehementes en cámara no tienen vergüenza y les importa cinco ausentarse de las plenarias. Y por más populista que para muchos suene el anuncio de Ángela Robledo, Juan Lozano, Iván Cepeda y Camilo Romero (todos críticos del gobierno Santos) de destinarla a organizaciones de apoyo social, frente a la imposibilidad legal de renunciar a ella, contrasta con el silencio cómplice de los otros 264 beneficiados con la primita.A ver si algún día derrotamos el abstencionismo, que es el mejor aliado de los congresistas elegidos a punta de clientelismo.