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El cierre de Jorge Iván

A dos días de terminar su mandato como alcalde de Cali, Jorge...

29 de diciembre de 2011 Por: Paola Andrea Gómez Perafán

A dos días de terminar su mandato como alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina no la debe estar pasando nada bien. Arrancó diciembre con las críticas a su Administración por cuenta del alumbrado navideño, por lo pobre, corto, atiborrado de ventas y muy mal ubicado. Siguió con un fallo de la Procuraduría que ordenaba su suspensión por seis meses del cargo, por no asistir a los consejos de política social. Y dos días después le cayó una orden de arresto por desacato a la orden de cierre de la mina El Socorro, en Farallones. Recuerdo incluso que ese día, tras conocer la sanción del Tribunal Contencioso del Valle, el Alcalde lloró ante los medios y dijo: “He estado muy triste. Diciembre no ha sido sencillo, han llegado en catarata muchas circunstancias difíciles para nuestro gobierno y el Alcalde”. Para rematar, su decisión de cobrar el ingreso a las graderías del Salsódromo (aunque ayer la echaron para atrás en el desfile de Cali Viejo) le está pasando una dura cuenta de cobro. Eso, sumado a la declaración en la que dijo “60.000 pesos no es tan caro” al referirse al cobro de las graderías: frasecita que esta semana ha sido la más repetida en Cali en los celulares, blackberry y otras redes sociales.Sería mezquino e injusto desconocer que Jorge Iván fue mucho mejor que sus antecesores Apolinar Salcedo y John Maro Rodríguez. No en vano, antes de ‘la catarata de insucesos’ la encuesta Invamer Gallup lo despidió con una favorabilidad del 72% (aunque bajó nueve puntos en relación con la anterior). Su interés por poner en marcha obras en una ciudad envejecida y con las vías fracturadas fue su gran acierto. Sin duda, el orgullo de su gestión: la ciudadela educativa Nuevo Latir, una megaobra para los niños del Oriente. Lo que nunca entendí y alguna vez se lo pregunté es por qué un alcalde con la escuela de Jorge Iván, director del Carlos Holmes y el Departamental, estuvo distante de algunos asuntos sociales que aparentemente eran su fuerte (en su gobierno se cerró Calisalud). También serán difícil de olvidar los escándalos por cuenta de los más de $70.000 millones que costó la remodelación del Estadio; el embeleco de los guardas cívicos, sus convenios interadministrativos, la movilización de algunos funcionarios en torno a la campaña de su hermano Mauricio Ospina al Congreso y la terquedad (para muchos lealtad con el ex senador Juan Carlos Martínez) al mantener en la Secretaría de Gobierno, pilar de la Administración, a Eliana Salamanca, una de las peor evaluadas del gabinete. Dicen que Jorge Iván trabajará en el equipo de Petro, en Bogotá, si resuelve su lío con la Procuraduría. Y como seguro su carrera política continuará, es bueno que al cierre de su Alcaldía recuerde lo malo para no repetirlo y escuche más la voz del pueblo. Porque el alumbrado de pacotilla y los cobros en las graderías de la Feria, que al final quiso echar para atrás, dejan un sabor agridulce de la que el llamó ‘la Administración del Nuevo Latir’.