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El chicharrón de Tránsito

Sacar 850 buses viejos que aún están en las calles. Controlar...

17 de julio de 2014 Por: Paola Andrea Gómez Perafán

Sacar 850 buses viejos que aún están en las calles. Controlar la piratería. Contribuir al ingreso de buses del sistema masivo, que aún faltan por completar la flota. Hacer los controles, enfrentar las demandas y sobre todo darse la ‘pela política’ que todo este revolcón implica.Estos son algunos de los retos que hoy por hoy tiene un Secretario de Tránsito en Cali. Retos que seguro consideró el Alcalde al anunciar para el cargo a Ayda Luz Ospina, directora de Transporte del Ministerio; designación que causó polémica por tratarse de una funcionaria nacional y por interpretarse su llegada como una intervención.Sin embargo, no se trataría de una intervención porque, según entiendo, de llegar la funcionaria, cosa que aún no está muy clara, lo que debe ocurrir es que ella pida una licencia no remunerada a su cargo actual o renuncie al mismo de manera definitiva.Sé también que desde la Alcaldía se han leído las críticas como una cuestión de provincianismo, que desconoce que la señora Ospina se destacó por su gestión en el cambio de licencias de conducción y q ue maneja al dedillo las leyes del transporte.Sin embargo, es entendible la inconformidad, porque dicha designación se interpreta como que el Alcalde prefiere ‘importar’ funcionarios de Bogotá porque aquí no hay nadie capaz de enfrentar el chicharrón del tránsito.En todo caso, las opciones son pocas. Un secretario de tránsito debe tener una experiencia mínima de dos años en el sector o altos títulos académicos. En el caso del ex director de Centro de Diagnóstico Automotor, José Nicolás Urdinola, no se posesionó porque su título internacional no está homologado. También se rumoró que hubo presiones para que no llegara a la Secretaría, que por años ha sido blanco de escándalos de corrupción e irregularidades y donde al parecer se debe contar con el guiño de mandos internos para gerenciarla. En resumen, Hadad se fue cansado del cargo, además de que en varias oportunidades habló de amenazas. Urdinola no pudo posesionarse. La llegada de la señora Ospina está en veremos. Mientras tanto, sigue interina una Secretaría de la que depende el buen funcionamiento del tránsito caleño, fotomultas, exceso de velocidad, la aplicación de la ley contra conductores ebrios, los semáforos, las horas pico, el parqueo irregular... Cali necesita urgente un Secretario de Tránsito idóneo y resolver sus prioritarios asuntos de transporte. Eso, sin profundizar en el nudo gordiano del MÍO, donde los operadores necesitan plata para funcionar, donde se exige un subsidio para la tarifa técnica del sistema; donde hacen falta buses viejos por salir y buses nuevos por entrar, donde la piratería se volvió un mal necesario y donde el usuario sufre la ausencia de un buen transporte y las soluciones siguen enredadas. La movilidad actual y futura de la ciudad no puede permanecer en interinidad crónica.