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Y para usted, ¿qué es el éxito?

Dios bendiga tu legado, Daicy, y el de tantas heroínas y héroes que luchan para combatir la violencia y llenar de luz esos barrios agobiados por el miedo

16 de julio de 2022 Por: Vicky Perea García

Hay quienes piensan que el éxito se mide por la casa en que viven, el dinero que reciben, el colegio al que van sus hijos, la universidad de la que se graduaron, los carros en que andan, o la marca de su ropa. Y con esa idea van acumulando lujos y títulos, con tanta prisa que se atragantan de todo aquello que les permita ser ‘alguien’ en la sociedad.

Hay otros, otras, que para alcanzar el anhelado éxito no necesitaron tanta parafernalia y de eso va esta historia. Su nombre era Daicy Chocó, nació en Padilla, Cauca, y en 1998 llegó a Cali, a echar raíces en Aguablanca. La guerra urbana la dejó sin sus dos hijos, justo el mismo año: 2010. A Pipe lo mataron en mayo, tenía 20 años. A Wilsom, el mayor, lo asesinaron ese diciembre, por si le daba por vengar la muerte de su hermano. Durante meses, Daicy huyó para salvar su vida.

A pesar de explicar mil veces lo ocurrido, nunca encontró un apoyo como desplazada; el Estado no repara el desplazamiento intraurbano, y una mujer como ella, que perdió a sus dos hijos y tuvo que huir, no era más que otra madre colombiana llorando su desgracia.

El dolor nunca se fue, pero el tiempo la hizo valiente. En una entrevista hace 4 años, me decía: “Todos los días le pedía a Dios que me quite ese ruido de la cabeza, ese sonido del cierre que se abre cuando tienes que reconocer a tu hijo. ¿Ese es su muerto? Recogerlo, enterrarlo y seguir, porque la vida sigue. Y tienes que vivir con eso, y tomar la disposición en tu corazón de que o perdonas o te hundes”.

Junto a otras matronas del Distrito, Daicy hizo parte del programa ‘Yo no parí para la muerte’, de la pasada Alcaldía, que se convirtió en un oasis para mujeres que como ella perdieron a sus hijos por la violencia. Allí resurgió como el Ave Fénix y su mensaje se hizo potente: “Algo que aprendí desde mi experiencia es que las personas que hemos vivido verdaderamente el dolor de la guerra somos las más pacifistas, porque no queremos que el otro viva lo mismo que yo viví. No queremos que se comparta ese dolor, sino compartir esperanza”.

Daicy se convirtió en referente de su comunidad, amiga de sus vecinas, resiliente, construyendo tejido social en donde todo llega tan poco y se necesita tanto. Su voz hace parte de los libros Voces Valientes y ‘Habitancias y resistencias urbanas’. Ella está entre esas historias que el periodismo nos da y se quedan para siempre en el alma.

Hace unas semanas, un conductor la arrolló en la Avenida Ciudad de Cali y murió. Dos días después murió su mamá, a quien cuidaba con sumo esmero. Se fueron casi juntas, como se fueron sus hijos.

En la tarde del 8 de julio se le rindió homenaje a Daicy Chocó Carabalí, en la Biblioteca Daniel Guillard del barrio Los Lagos. Allí, doña Miriam Benavídez y sus compañeras del grupo de Adulto Mayor, así como otros invitados, la recordamos con palabras, música, baile y una placa para la huerta que llevará su nombre. Todo tan bello y sentido, como aquellas pequeñas cosas “que el viento arrastra allá o aquí, que te sonríen tristes y nos hacen que lloremos cuando nadie nos ve”, diría Serrat.

Yusset Germán Hernández, docente y entrenador de baloncesto cercano al grupo, redondeó con tino lo que esta mujer maravillosa nos dejó: “El éxito no debe estar vinculado al dinero o el lugar que ocupemos en la sociedad. En el caso de nuestra amiga está en cómo se supo levantar de cada golpe y trascender. El amor que llevaba por dentro y ese perdón tan difícil de dar. El éxito está en lo que somos como personas. Y cuando al final de la vida dicen tantas cosas bonitas como aquí se han dicho, es porque esa persona fue exitosa: nos dio, enseñó y transmitió”.

Dios bendiga tu legado, Daicy, y el de tantas heroínas y héroes que luchan para combatir la violencia y llenar de luz esos barrios agobiados por el miedo. Fuiste una mujer valiente y muy sufrida, pero exitosa. Que tu ejemplo nos inspire para definir lo que en verdad es el éxito. Porque es legítimo progresar y soñar, siempre y cuando no olvidemos que a este mundo vinimos a dar.

Sigue en Twitter @pagope

AHORA EN Paola Andrea Gomez Perafan