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Reto uribista

Uribe bien podría estar retirado: cumplió como ninguno en la Presidencia, tiene...

3 de agosto de 2013 Por: Paloma Valencia Laserna

Uribe bien podría estar retirado: cumplió como ninguno en la Presidencia, tiene respaldo y cariño popular, y los estrados nacionales e internacionales le habrían permitido pontificar en un lugar superior y tranquilo. Sin embargo, sigue recorriendo Colombia, oyendo lo que los ciudadanos tienen que decirle, dando una pelea colosal contra un gobierno soberbio.Unos dicen que se trata de una expresión de una adicción por el poder; no es cierto. Uribe podría ser un expresidente; más aún, el más importante expresidente colombiano; y estar tranquilo y criticar sin arriesgar nada. En Colombia los expresidentes son poderosos y tienen tanta o incluso más influencia que cuando ejercieron el poder.Uribe ha escogido mantenerse en el combate político por dos razones fundamentales: por una parte, les indicó a quienes confiaban por él la necesidad de votar por Santos; el nuevo presidente viró el timón y Colombia ha iniciado una ruta contraria y difícil. Es natural que Uribe les dé algo así como una garantía democrática a quienes votaron bajo su orientación. La segunda e igualmente poderosa razón, es que el uribismo se quedó sin representación política. Salvo dos o tres parlamentarios, los demás se atragantaron de mermelada, y se silenciaron complacientes al gobierno.Así las cosas, el uribismo es una víctima del clientelismo y la politiquería. Votamos, ganamos, pero se nos voltearon. Los otrora uribistas dieron la vuelta y arrancaron en dirección contraria para mantener las prebendas del poder. Más valieron los contratos, los puestos, los auxilios, que los principios.Por eso el expresidente Uribe -si quiere retirarse y ver que sus políticas se mantengan- se ve en la necesidad de encabezar una lista al Congreso. La idea es recobrar la posibilidad de dar el debate desde los estrados políticos, y no sólo en medios y Twitter. Con una buena bancada en el Congreso será más fácil conquistar la Presidencia y en caso de no obtenerla podrá hacer control político más eficaz. Además desde el Legislativo, el uribismo podrá presentar los proyectos de reforma que el país espera. Al mismo tiempo, y creo que esto es fundamental, Uribe abrirá espacios para que un nuevo liderazgo ocupe los lugares en el Congreso. El futuro del uribismo requiere nuevos líderes capaces de sostener las banderas y dar continuidad a las políticas.Es una gesta para derrotar la politiquería y el clientelismo; porque el uribismo ha probado en carne propia lo que significa tener políticos sin convicciones. Es una gesta que debe ofrecerle a Colombia la oportunidad de votar en una lista de opinión; el uribismo después de lo vivido debe ser capaz de reaccionar con fuerza contra los politiqueros, y buscar voto de opinión en todas las regiones colombianas.La política, según dicen, exige pragmatismo y aprender a tragarse sapitos y sapos grandes. Tengo la opinión de que quienes lo dicen suponen que es posible transar los principios y luego volver a ellos. La idea no deja de ser interesante, pues supone que el fin justifica los medios. Sin embargo, muchos han padecido la experiencia de que ciertas transacciones hieren los principios de tal manera que no queda ya nada para rescatar. El uribismo debe aprender de lo que ya vivió; no ceder a las tentaciones que ofrecen muchos votos y poco compromiso; privilegiar el prestigio y el trabajo, sobre la figuración tramposa de falsos y acomodados respaldos populares basados en maquinaria y mermelada.