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¿Qué diría Petronio?

En la campaña presidencial del 2018 el entonces candidato Iván Duque fue a pedirles a los habitantes del Puerto que por favor lo adoptaran “porque yo me siento parte de esta tierra”.

4 de febrero de 2021 Por: Ossiel Villada

Al momento de sentarme a escribir estas líneas llega justamente esa pregunta a mi cabeza: ¿Qué pensaría ese gran poeta que fue don Patricio Romano Petronio Álvarez Quintero si pudiera regresar por un momento de la eternidad y ver lo que está pasando con su pueblo?

Porque, casualmente, en este 2021 se conmemoran 90 años de ese momento sublime en que él, con apenas 17 años, compuso ese potente y hermoso currulao que se convertiría no solo en el gran himno de su tierra natal, sino también en una de las piezas más reconocidas del folclor colombiano en el mundo.

“Bello puerto del mar, mi Buenaventura, donde se aspira siempre la brisa pura…”, cantó Petronio.

Y me pregunto qué pensaría él si supiera que en estos días sus paisanos de Buenaventura ya no despiertan asombrados con mañanas “bellas y claras como el cristal”, sino aterrados en medio de lluvias de balas y explosiones de granadas.

Decir “en estos días” es un error, en realidad. Porque la aterradora situación de orden público que están viviendo los habitantes de Buenaventura se convirtió ayer en tendencia nacional en Twitter, pero ellos sí han llevado la cuenta de forma precisa: han sido 33 días con sus noches viviendo en medio del espanto, la zozobra y la pregunta de quién será el próximo muerto.

Hace pocas semanas en las redes sociales se divulgó un video, grabado en las calles del barrio Juan XXIII, en el que se ve como hombres circulan tranquilamente en motocicleta armados con fusil.

Y contó ayer un artista del Puerto que en la madrugada del jueves “los enfrentamientos a bala en algunos barrios de Buenaventura empezaron tipo 2:00 a.m. y recién se dieron por terminados a las 6:00 a.m., y todo como si nada”.

Y en otro diálogo de WhatsApp, divulgado por los bonaverenses, alguien revela que “toda la noche hubo balacera, sonaron como tres granadas… esto se salió de control. Se ven tipos correr por todos lados”.

Las fotografías y los videos dan cuenta de que ayer en la mañana una gran cantidad de personas tuvieron que salir de sus barrios con sus hijos y lo poco que pudieron sacar de sus casas, huyendo de la violencia. El desplazamiento ahora es parte del paisaje urbano de Buenaventura.

Sí, los testimonios y las evidencias del terror que enfrentan los habitantes del principal puerto colombiano sobre el Pacífico son tendencia en las redes sociales. Pero la presencia del Estado a todo nivel
-local, regional, nacional- brilla por su debilidad, por su absoluta incapacidad para frenar a las empresas del crimen que tienen arrinconada a Buenaventura y sus habitantes. Sobre todo, por su insensibilidad.

En la campaña presidencial del 2018 el entonces candidato Iván Duque fue a pedirles a los habitantes del Puerto que por favor lo adoptaran “porque yo me siento parte de esta tierra”. Y al revivir el video de ese momento uno no puede dejar de preguntarse qué estará pensando el hoy Presidente.

¿Sabrá al menos que ya la Defensoría del Pueblo emitió una alerta (temprana, dicen ellos) advirtiendo que en Buenaventura hay 170.500 personas bajo el fuego cruzado de dos bandas criminales que se disputan el territorio de cuatro comunas? ¿Qué más necesita el Estado para actuar? ¿A los cuántos muertos reviven las llamadas ‘fuerzas vivas’ de este país para detener lo que parece una tragedia anunciada en Buenaventura?

En 1931 Petronio plasmó la belleza de su tierra. No vivió para ver cómo ella ha sido víctima sistemática de la hipocresía, la desidia y la capacidad de olvido que caracterizan a la clase dirigente de este país. Mejor que no venga a asomarse. Si ve las penas que padece hoy su bello poblado, de seguro ni el lindo cielo lo deja aliviado.

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