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Facebook nos miente

Las mentiras hacen crecer el rebaño de las audiencias. Y detrás de ellas vienen millones de dólares.

16 de septiembre de 2021 Por: Vicky Perea García

Ya lo sabíamos, pero la pandemia lo ha evidenciado de forma dramática: las redes sociales se han convertido en un mercado global de la mentira, donde las celebridades ejercen sistemáticamente la práctica del engaño para acrecentar su fama, su poder y su riqueza.

El más reciente ejemplo lo dio el lunes pasado la superestrella del rap Nicki Minaj, quien no tuvo ningún problema en decirles a sus casi 228 millones de seguidores que la vacuna contra el Covid 19 puede generar impotencia en los hombres.

Como prueba contundente de semejante afirmación reveló que a un primo suyo “se le hincharon los testículos y quedó impotente después de vacunarse”.

Ese monumental disparate fue desmentido por científicos y autoridades de salud, pero le permitió a ella elevar las cifras de alcance e impacto de sus perfiles en redes sociales, lo que automáticamente cotizó al alza el precio de sus servicios como influencer.

Pero hasta allí no hay novedad. Es la lógica perversa de un negocio multimillonario que crece gracias a la ‘cultura del rebaño’, tan exacerbada en los tiempos de internet.

Lo que no sabíamos, y apenas empezamos a conocer, es hasta dónde las redes sociales están involucradas, no como víctimas, sino como diligentes promotores, en ese gigantesco mercado del engaño.

El oscuro asunto lo empezó a develar el año pasado el documental ‘Social Dilemma’, que todavía hoy es un hit en Netflix. Y esta semana hemos tenido una nueva revelación, gracias a una investigación del diario The Wall Street Journal.

En un documento interno del imperio de Mark Zuckerberg, al que tuvo acceso ese diario, se revela que el Facebook que conocemos usted y yo no es el único que existe.

Oculto debajo de él hay otro Facebook, llamado XCheck, al que solo accede un selecto grupo de personas con dos características comunes.

La primera es que son auténticas celebridades en su campo. Hay desde presidentes y políticos hasta atletas y futbolistas, incluyendo también a
artistas, periodistas, influenciadores y líderes religiosos.

La segunda es que ellos pueden publicar cualquier tipo de contenido, sin temor a que el mismo sea borrado o bloqueado por los algoritmos que vigilan esa red social.

“A diferencia del resto de la comunidad, estos usuarios pueden violar nuestras normas sin ninguna consecuencia”, reconoce explícitamente Facebook en el memorando que conoció Wall Street Journal.

Dicho de otra forma: Facebook les da licencia para mentir a sus audiencias sobre cualquier cosa, si así lo desean, sin recibir ningún tipo de castigo.

El sistema XCheck nació para evitar que la censura automática que aplican los algoritmos afectara a los políticos, pero pronto el régimen de libertad se convirtió en libertinaje y se extendió a todo tipo de celebridades.

Y no es un asunto que de repente se le salió de las manos a Mark. Facebook detectó desde el año 2009 las consecuencias de permitir esta práctica, pero no le puso fin al problema. Por el contrario, intentó restarle importancia.

Es decir que en el año 2016, cuando Estados Unidos eligió como presidente a Donald Trump, Facebook ya sabía lo que se avecinaba. Y basta un dato para entenderlo: según el registro del diario The Washington Post, Trump dio 29.508 declaraciones falsas o engañosas durante 1.386 días en el poder. Pero solo en enero de este año, después del asalto al Capitolio, Facebook decidió bloquearlo.

¿Cuántas mentiras más nos han dicho miles de poderosos impunemente bajo la anuencia tolerante de Facebook? ¿Por qué permite que nos sigan mintiendo? No hay que ser un genio para intuirlo: basta mirar las impresionantes cifras de crecimiento de Facebook. Las mentiras hacen crecer el rebaño de las audiencias. Y detrás de ellas vienen millones de dólares.

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