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Cali en un ‘tsunami’

Un ‘tsunami’. Si algo me dejaron los anuncios hechos en la tarde de ayer por el alcalde Jorge Iván Ospina, es la sensación de que en las próximas semanas se avecina sobre Cali un pavoroso ‘tsunami’.

28 de mayo de 2020 Por: Ossiel Villada

Un ‘tsunami’. Si algo me dejaron los anuncios hechos en la tarde de ayer por el alcalde Jorge Iván Ospina, es la sensación de que en las próximas semanas se avecina sobre Cali un pavoroso ‘tsunami’. Y que no sé si estamos bien preparados para enfrentarlo.

Para empezar, debo agradecerle a Ospina su sinceridad. Las cifras que reveló son durísimas. Y las realidades en torno a ellas aún más, pero es mejor que todos las sepamos para entender que si no empezamos a actuar con responsabilidad, lo que viene puede ser aterrador.

Dice el Alcalde que, según sus cálculos, en Cali puede haber en este momento unas 8500 personas contagiadas con Covid-19, de las cuales solo un poco más de 2000 han sido plenamente identificadas.

Es decir, mal contados, puede haber aquí más de seis mil caleños que tuvieron o tienen en este momento el virus, pero fueron o son asintomáticos. De ellos no se sabe nada. Si desarrollaron inmunidad efectiva o si han sufrido recaídas, a cuántos más contagiaron o si siguen haciéndolo sin darse cuenta. Sencillamente, son un agujero negro en los registros oficiales.

Mientras hasta hace poco más de una semana en esta ciudad se contaba un promedio de 30 nuevos casos positivos por día, en este momento estamos registrando alrededor de 120 casos diarios.

Por esa causa, la ocupación de Unidades de Cuidados Intensivos en nuestro débil sistema de salud está creciendo, y recibimos la presión de un aumento de casos en otras regiones que tienen estrecha relación con Cali. Todo ello sin contar un desbordado fenómeno de indisciplina social que sencillamente se nos salió de las manos por física falta de recursos para controlarlo.

Por otro lado, miles de empresas de todos los sectores están a punto de irse a pique por simple ‘inanición económica’. Y con ellas, miles de empleos que le dan sostenibilidad al tejido social de esta ciudad.

De allí que, entre la espada y la pared, no queda otro camino que el que anunció Ospina: tratar de mantener a flote la economía sin que en esta ciudad se llene de muertos por Covid-19. Pero el problema es que la ‘caja de herramientas’ que presentó para lograrlo deja grandes dudas.

Veamos. El toque de queda sectorizado, como se advirtió desde el Concejo, es una medida necesaria y en la que, de hecho, estábamos demorados. Pero, ¿basta hacerlo en solo tres sectores del Oriente, cuando en toda la geografía de Cali se nota un relajamiento social?

Y, por otro lado, ¿nueve días bastan para detener el avance del virus en un lugar tan complejo como la galería Santa Elena?

Más dudas aún me despierta la declaratoria de Alerta Naranja. Entiendo, por supuesto, que ese estado facilita decisiones en el ámbito de la salud.
Pero en lo económico, ¿cuál es el plan? ¿Pedirle a la Nación que le dé un crédito al Municipio para poder aplazar los cobros de impuestos locales a las empresas? ¿Pedirle que interceda ante los bancos para que den créditos? Ya lo hace. Y con pobres resultados. Si nada de eso sale, ¿cuál es el ‘Plan B’?

Finalmente, la idea de revivir los ‘guardas cívicos’ como ‘gestores de bioseguridad’ puede ser interesante para paliar el creciente desempleo que se avecina. Pero habrá que cuidarse de que no se convierta en un instrumento de la politiquería.

Por el bien de Cali, espero que a Ospina le vaya bien con este plan. Y que resuelva satisfactoriamente estas y todas las dudas que surjan entre los caleños.

Pero, sobre todo, espero que los demás asumamos de una vez por todas la tarea que nos toca para salvar a la ‘Sucursal del Cielo’ en el ‘tsunami’ que se avecina: simplemente cuidarnos entre todos. No es tan difícil.

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