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Propuestas mínimas

¿Cuáles deberían ser las propuestas mínimas del próximo Alcalde de Cali, proceso...

20 de junio de 2015 Por: Óscar López Pulecio

¿Cuáles deberían ser las propuestas mínimas del próximo Alcalde de Cali, proceso en el cual existen hoy muchos candidatos y muchas generalidades? Si para algo deben servir las encuestas es al menos para exigirles a los candidatos que cuentan con mayor aceptación ciudadana, por las razones que sean, un programa mínimo de acción. No una visión heroica de la ciudad, ni un plan de desarrollo, pero si al menos unos criterios básicos de manejo de los asuntos públicos más importantes. Impuestos y Emcali, dos de ellos.Debería haber de parte de los candidatos una posición concreta sobre la creación o aumento de nuevos impuestos y contribuciones de valorización. La ciudad ha hecho un esfuerzo enorme para pagar simultáneamente los ajustes del impuesto predial producto de su actualización represada por años y las contribuciones de valorización, bajo la discutible modalidad de valorización general, irrigada a toda la ciudad. Es decir, han coincidido en el tiempo dos tributos cuantiosos, que hacen pensar si se está respetando como debe ser la otra parte de la ecuación tributaria que pide que a los clásicos principios tributarios de proporcionalidad, progresividad, generalidad, equidad, beneficio y eficiencia, corresponda una capacidad de pago del contribuyente.La cartera vencida deja dudas al respecto, puesto que la mayoría de los caleños desde el punto de vista laboral no viven en la sucursal del cielo, sino en una ciudad de economía informal con una tasa de desocupación muy alta. Lo hecho, hecho está. O al menos por terminar de hacerse puesto que es sabido que la segunda parte del famoso paquete de las 21 megaobras va a tener que ser financiado por endeudamiento público, que es de esperar también paguen las nuevas generaciones de contribuyentes que van a disfrutar de las grandes avenidas y los pasos elevados. Pero hoy el palo no está para cucharas y un candidato que diga con todas sus letras que no se elevarán los impuesto municipales, ni se crearán nuevas contribuciones de valorización, ni se ejecutará sin piedad a los deudores morosos que demuestren su falta de capacidad de pago, ni se adelantarán más obras públicas suntuarias o innecesarias, sería muy bien recibido por el electorado. Fundamental también que exista claridad sobre el manejo de Emcali. Debe haber un pronunciamiento de parte de los candidatos sobre el respeto al proceso de modernización administrativa y el establecimiento de buenas prácticas que se ha adelantado, al igual que la mayor transparencia en la selección del equipo directivo. Decisiones como traspasarle al usuario los millonarios errores gerenciales en la compra de energía, deben ser objeto de un debate público en el futuro. Al igual que ponerle fin al interminable proceso de secesión del componente de comunicaciones, antes de que ya no valga la pena hacerlo. Y por supuesto, la garantía de que la dirección estará en manos de personas de altas calidades técnicas, alejada de la politiquería que aun en los tiempos de la intervención ha hecho de las suyas al interior de la Empresa. Eso sólo para hablar de dos temas fundamentales en el manejo de cualquier ciudad. Y hay muchos más que el electorado quisiera oír para que el proceso electoral sea un espacio de debate sobre construcción de convivencia ciudadana, más allá del inminente enfrentamiento de clases que se perfila. Pero hasta ahora, mudos los candidatos.

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