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Algo no cuadra entre los pronósticos de intención de voto de las...

24 de mayo de 2014 Por: Óscar López Pulecio

Algo no cuadra entre los pronósticos de intención de voto de las encuestas para las elecciones de mañana y las realidades electorales, que hace pensar que dichas encuestas pueden tener un fiasco similar al que tuvieron, por las mismas razones, en sus mediciones para la primera vuelta del año 2010, cuando se equivocaron en 25 puntos sobre quién sería el ganador. Si suponemos que mañana votarán 15 millones de personas (hace cuatro años votaron 14,5 millones) y redondeamos los resultados de la última encuesta publicada, la de Ipsos-NF, que da un empate técnico de cerca del 30% entre Santos y Zuluaga, y reparte el 40% restante entre los otros tres candidatos y el voto en blanco, tendríamos que Santos y Zuluaga obtendrían 4,5 millones de votos cada uno y Ramírez, Peñalosa, López y el voto en blanco 6, entre todos.De una parte, pensar que Zuluaga tenga 2,5 millones más de votos que Álvaro Uribe, quien sacó 2 millones en las elecciones de marzo, votos principalmente de opinión, es casi un absurdo político. Aunque el candidato verdadero ha sido el mismo Uribe, no parecería que haya habido dentro de la dinámica de ese movimiento (escándalos incluidos) justificación para un crecimiento de esa magnitud. De otra parte, que el Presidente-candidato obtenga 4,5 millones de votos significaría que tiene el apoyo de menos de los casi 5 millones de votos que la coalición gubernamental sacó en las elecciones marzo y ningún voto de opinión. Así que las cuentas pueden ser otras. Los votos de los partidos no dependen del vaivén de la opinión y difícilmente pueden ser medidos por las encuestas. Los partidos que apoyan la reelección, incluyendo el Partido Conservador, 50 de cuyos parlamentarios apoyan al gobierno, podrían sumar seis millones de votos. En gracia de discusión digamos que sean 5, que sería la base electoral del Presidente-candidato. Así las cosas el universo del voto de opinión que miden las encuestas, ya no sería 15 millones sino 10. Y los resultados de la encuesta ipsos-NF deberían leerse así: Santos y Zuluaga 3 millones cada uno, Ramírez, Peñalosa, López y el voto en blanco, más o menos un millón cada uno, lo cual tiene mucho más sentido político: Zuluaga, a pesar de la omnipresencia iracunda y los métodos non sanctos de su mentor, crece en un millón con respecto a los votos del Centro Democrático en marzo. Santos, con el poder presidencial y sus logros obtiene una razonable porción de la opinión y los demás candidatos se reparten equitativamente el voto de las minorías.Sólo que si a los 3 millones de votos de opinión de Santos les sumamos los 5 millones de los partidos políticos que lo apoyan, obtendría mañana el 53% de los votos y no habría segunda vuelta. Es decir que los resultados de la elección de mañana dependen de dos cosas: que el Presidente-candidato, con su espíritu conciliador, su vocación de paz, sus realizaciones y su programa de gobierno obtenga el apoyo de ese 30% de la opinión pública que registran las encuestas y que los partidos políticos que lo apoyan se movilicen con la misma intensidad que lo hicieron para las elecciones parlamentarias. El tío Baltasar sonríe con escepticismo al improvisado Nostradamus, pero dice que aún en el peor escenario no cree que haya ningún empate, y adivina en un triunfo claro en primera vuelta de Juan Manuel Santos, el triunfo en la segunda y el advenimiento de la próxima unidad liberal.

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