Olvidos
Las historias de la Escuela de Medicina de Univalle y del Hospital...
Las historias de la Escuela de Medicina de Univalle y del Hospital Universitario Evaristo García, HUV, son paralelas. En 1955, el general Rojas Pinilla inaugura en San Fernando el edificio de la Escuela de Medicina, fundada en 1950, y en 1956 se termina de construir el Hospital Universitario y se destinan para la Escuela sus dos primeros pisos. Aunque a partir de 1995, en desarrollo de lo ordenado por la Ley 100 de 1993, el HUV se convirtió en una Empresa Social de Estado adscrita al Departamento del Valle, su vínculo con Univalle está en su razón misma de ser.Rodrigo Guerrero, M.D., cuenta en la revista Colombia Médica, en el 2010, que el propio nombre de Univalle, que nació como una universidad técnica, fue cambiado en 1954 a instancias de Gabriel Velázquez Palau, debido a la adscripción a Univalle de la Escuela. El HUV fue determinante para el desarrollo de las nuevas maneras de entender la medicina, inspiradas en el informe Flexner para la educación médica norteamericana. El nuevo enfoque orientado más a las ciencias básicas, al paciente, a la relación directa profesor alumno, a la epidemiología y a la responsabilidad social, cambió para bien la medicina en Colombia, con médicos de Univalle entrenados en el HUV. Esa relación sigue siendo esencial, de tal manera que aun tratándose de una entidad jurídicamente independiente, el cierre del HUV sería un golpe mortal para la Escuela de Medicina de Univalle, una de las más prestigiosas del continente. Lo que está en juego es el futuro mismo de la educación pública en salud, en la región. Tiene todo el sentido que una institución pública como Univalle se complemente con otra de ese mismo carácter como el HUV, que ha debido tener y no ha tenido, una férrea defensa de parte de la Universidad, la cual tiene importante presencia en su Junta Directiva. El HUV ha sufrido un continuo deterioro producido por años de mala administración, ante lo cual la dirección de la Universidad, sometida al vaivén de las decisiones políticas buenas y malas, ha sido también por más de un decenio poco menos que espectadora. El actual Gobernador del Valle decidió que la dirección del HUV estuviera en manos de un profesor de Univalle. Cualquiera se pregunta por qué la dirección de la Universidad no había exigido que eso sucediera antes, como había sido la tradición antes de la vigencia de la Ley 100. Solo que le entregó al director-profesor una entidad con graves problemas y ahora lo responsabiliza de ellos, lo cual hace temer su regreso a la clase política. La administración del HUV ha hecho un esfuerzo notable para modernizarse, que ha significado una inversión de $30.000 millones, pagados por el sector privado que vende servicios tercerizados prestados internamente, aprobados por su Junta Directiva de la cual hace parte el Gobierno Departamental, que ahora descalifica el procedimiento. El HUV termina prestando unos servicios, públicos y privados, que los responsables de pagarlos, que son las EPS, no le pagan. No hay un administrador en el mundo que pueda lograr de esa manera un equilibrio financiero. Si lo que se quería era que Univalle, con su prestigio y su experticia, asumiera la administración y sobre todo la defensa del HUV frente a las EPS y a la clase política, como patrimonio académico y público, ¿por qué no se hizo? Al próximo Rector de Univalle le corresponderá enmendar la plana y recuperar la historia común de las dos instituciones.