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No hay con quién

Es difícil entender la idea de que las próximas elecciones presidenciales se van a definir entre dos grandes coaliciones a favor y en contra del Proceso de Paz, las cuales se harían antes de la primera vuelta, posiblemente en consultas populares el día de las elecciones parlamentarias.

8 de septiembre de 2017 Por: Óscar López Pulecio

Es difícil entender la idea de que las próximas elecciones presidenciales se van a definir entre dos grandes coaliciones a favor y en contra del Proceso de Paz, las cuales se harían antes de la primera vuelta, posiblemente en consultas populares el día de las elecciones parlamentarias. Primero, porque para hacer coaliciones se necesitan partidos y la mayoría de los candidatos presidenciales elegibles van por firmas, lo cual quiere decir que irán hasta la primera vuelta pase lo que pase y segundo, porque a pesar de las sabias recomendaciones, ningún candidato tiene reales intenciones de coaligarse con otros si esa decisión implica salir anticipadamente del juego.

El calendario electoral de 2018 es como sigue: 11 de marzo elecciones parlamentarias, 27 de mayo primera vuelta presidencial y 17 de junio la segunda. Cualquier coalición política que se produzca en la cual las partes quieran contarse a través de una consulta popular, como es lo inevitable, tendría que coincidir con las elecciones parlamentarias para que a los ganadores de esas consultas alcancen a hacer campaña. Pero como los partidos están divididos, antes de esa fecha tendrían que hacer consultas internas o convenciones para saber cuál es el candidato que se presenta por la respectiva coalición.

Según el actual mapa político no se ve ninguna claridad en las tan anunciadas coaliciones. El Partido Liberal, con varios precandidatos, no se ha puesto de acuerdo en el procedimiento de elección de candidato y su mejor opción, Humberto de La Calle, ha manifestado entre líneas que si no lo escogen a él, va por firmas. Él quisiera una consulta popular aunque registra bajo en las encuestas porque no controla la maquinaria del partido. Pero si la consulta se hace en las elecciones parlamentarias, a qué horas y con quién va a hacer una coalición. La bandera liberal es la defensa del Proceso de Paz y su aliado natural es el Partido de la U. Pero el partido del Presidente increíblemente no va a tener candidato, lo cual condena sus votos a la dispersión, así que la única posibilidad de alianza es que el Partido de la U aclame a De la Calle, lo cual está por verse dado que las preferencias presidenciales al parecer están con Vargas Lleras. Le queda Clara López quien apoya el Proceso de Paz desde la izquierda y puede aportarle votos. Pero ella, que va por firmas y sería socia minoritaria, de pronto preferirá correr el riesgo de ir sola hasta el final.

El Centro Democrático tampoco ha decidido su mecanismo de escogencia y al final será el que diga Uribe. Se ha aliado con el pastranismo que no le aporta votos y le coquetea al grueso del Partido Conservador que sí tiene. Pero el conservatismo quiere ir con candidato propio, Marta Lucía Ramírez es la más opcionada. Se ha planteado una consulta popular en las elecciones parlamentarias, pero si la consulta es abierta y todos los ciudadanos van a participar, el Centro Democrático lleva las de perder porque muchos van a votar contra Uribe aunque no sean conservadores, como ya le sucedió a Andrés Felipe Arias frente a Noemí Sanín. Un riesgo que no pueden correr.

Entonces, pregunta el tío Baltasar que dónde están las grandes coaliciones a favor y en contra de la paz que van a la primera vuelta. Y añade, si no será que las coaliciones se van a hacer entre el 27 de mayo y el 17 de junio, como es la naturaleza de las reglas de juego.

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