El pais
SUSCRÍBETE

Mecenas y filántropos

En 1993 Walter y Leonore Annenberg, cuya enorme fortuna provenía de la industria editorial, donaron al Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, MET, el cuadro de Vincent Van Gogh Campo de lirios con cipreses, el cual había sido adquirido con ese propósito por Annenberg por 57 millones de dólares.

13 de julio de 2018 Por: Óscar López Pulecio

En 1993 Walter y Leonore Annenberg, cuya enorme fortuna provenía de la industria editorial, donaron al Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, MET, el cuadro de Vincent Van Gogh Campo de lirios con cipreses, el cual había sido adquirido con ese propósito por Annenberg por 57 millones de dólares. Por disposición testamentaria, después de su muerte, la de él en 2002 y la de ella en 2009, la colección de la pareja, avaluada en un billón de dólares, fue entregada al MET. En 2013 Leonard Lauder, hijo y heredero de Estee Lauder, donó al MET su colección de Arte Cubista avaluada en 1,1 billones de dólares.

Florence y Herbert Irving de la compañía Sysco le donaron al Museo 80 millones de dólares en 2017 y David Koch 65 millones en 2013, como parte de una donación de cerca de 1 billón de dólares, de los cuales 800 fueron para la Universidad de Columbia. La extraordinaria colección del MET proviene de grandes donaciones de colecciones particulares y compras con fondos provenientes de donaciones. Su actual fondo llega casi a 3 billones de dólares. Pasa igual con universidades, museos y orquestas a lo largo y ancho de Estados Unidos.

Una lista de no creerse: Bill Gates ha donado 28 billones de dólares a diversas instituciones, incluyendo el Departamento de Ciencias de la Computación de Harvard. Warren Bufett, 17,2 billones a causas filantrópicas y espera donar toda su fortuna de 81 billones a su muerte. George Soros 8,5 billones a programas para vencer la pobreza y buscar la transparencia en la gestión pública. Gordon Moore 5 billones a educación. Carlos Slim 4 billones a educación y salud de personas desfavorecidas. Eli Broad 3,5 billones a educación incluyendo Harvard y MIT.

En su obra Civilización, Kenneth Clark afirmaba que la filantropía era uno de los rasgos distintivos del Siglo XX, un acto voluntario de generosidad con la sociedad, cuyo fin es permitir a muchas personas disfrutar de privilegios a los cuales sólo pocos tienen acceso. Sigue siendo hoy un acto de nobleza con el prójimo, que busca reparar injusticias, impulsar el bienestar general, fortalecer la educación y la cultura. Es un subproducto de una sociedad rica, con una gigantesca acumulación de riqueza en unos pocos. Tanta que se vuelve un poco vergonzante para sus propietarios.

Pero también podría ser un rasgo distintivo de una sociedad menos rica y menos igualitaria, si sus ricos fueran más generosos con el prójimo y menos con sus herederos y accionistas. Cali, que se ha considerado siempre una ciudad rica no ha sido recientemente una sociedad generosa. Los ejemplos de filantropía parecen lejanos: la donación de Carvajal y Compañía del 40% de sus acciones a la Fundación Carvajal en 1961 para adelantar programas sociales. La donación de la familia Garcés Giraldo de las 100 hectáreas donde se levanta el campus de la Universidad del Valle en los 70. La creación de Icesi con fondos privados en los 80. Las donaciones que hicieron posible la Fundación de la clínica Valle del Lili en los 90. Algunas fundaciones más. Nada reciente. Migajas para la cultura.

La Orquesta Filarmónica de Cali, el Museo La Tertulia, para mencionar dos instituciones culturales ejemplares viven de milagro. Mirando lo que sucede en Bogotá, Medellín y Barranquilla, ¿será como dice el tío Baltasar que se nos han empobrecido el bolsillo y el espíritu?

AHORA EN Oscar Lopez Pulecio