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Cuentas de la lechera

Las encuestas pueden equivocarse, pero no todas al mismo tiempo. Miden tendencias y probablemente acierten lo que va a pasar mañana,...

27 de mayo de 2022 Por: Óscar López Pulecio

Pensar con el deseo no es una buena fuente de análisis en temas electorales. Las encuestas pueden equivocarse, pero no todas al mismo tiempo. Miden tendencias y probablemente acierten lo que va a pasar mañana, aunque esos resultados pueden presumirse también por factores políticos y sociales más difíciles de medir que preguntarle a alguien por quién va a votar.

Los principales, el descontento con la clase política tradicional, la indignación por el manejo deshonesto de los asuntos públicos y la falta de oportunidades de ingreso digno para buena parte de la población. Se podría decir que la suma de todos ellos es lo que tiene a Gustavo Petro encabezando de lejos las encuestas de intención de voto, en todas las mediciones (anda por 40%), y el aumento inesperado de Rodolfo Hernández, un ‘outsider’, cuyo mensaje contra la corrupción ha calado.

Hernández en las últimas mediciones se acerca a Fico (a 2 puntos en la del CNC, a 6 en la de Invamer y a 11 en la de Guarumo), lo cual es sorprendente, porque si pasa a la segunda vuelta significaría que la Presidencia se decidiría entre dos movimientos de opinión, enfrentados al mundo político tradicional, lo cual mide el tamaño de la indignación ciudadana. Sin embargo, no parecería que Hernández pueda pasar a la segunda vuelta. A él lo impulsa en primera vuelta el oriente del país, su área de influencia, pero está muy bajo en todas las demás regiones, que son las que ponen la mayoría de votos.

De lejos, Petro sigue ganando en Bogotá, suroccidente y la costa, y Fico en Antioquia y la zona cafetera. Fico, segundo en intención de voto y candidato del mundo político, no ha crecido mucho desde el 13 de marzo, (está en 24% en la del CNC, 27% en la de Invamer y 31% en la de Guarumo). El punto es que las encuestas solo miden en parte ese universo de votos que movilizan todos los partidos que apoyan a Fico, que no es tan grande como en las elecciones parlamentarias, pero que puede hacer la diferencia en el día electoral.

Hernández ha capitalizado el agrio enfrentamiento de los demás candidatos, aunque es un puro movimiento de opinión: un anciano millonario de provincia, sin equipo, sin organización, sin programas y sin representación parlamentaria, difícilmente pasaría a segunda vuelta, pero su repunte es extraordinario. En la encuesta del CNC inclusive empataría técnicamente con Petro si pasase a la segunda vuelta, lo cual confirma el argumento de que un candidato que no tuviese la carga del gobierno y de los partidos tendría más posibilidades de ganarle a Petro.
Todos los ojos del antipetrismo y el antigobiernismo están hoy volcados sobre él. ¡Vaya uno a saber!

Sin embargo, en las tres últimas encuestas, el escenario de segunda vuelta más probable es entre Petro y Fico, y en todos gana Petro (y si se enfrentara a Hernández también). En la del CNC, Fico acorta enormemente su distancia en 17 puntos. Petro solo crece 4, pero Fico se queda corto en 8, que son los mismos 8 puntos (1,6 millones de votos) de ventaja para Petro que le da la encuesta de Invamer.

Incluso la de Guarumo le da a Petro 4 puntos por encima (ésta última con unas diferencias inexplicables con las dos primeras). Lo cual quiere decir que en ese escenario, el reparto de los votos de los que no pasan favorece mucho más a Fico. Solamente que, si Petro gana la primera vuelta por una mayoría muy grande, no habrá quién lo alcance.

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