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Regalias y precio de gasolina

Las regalías originadas en la explotación y comercialización del petróleo, que tanto...

12 de octubre de 2013 Por: Ode Farouk Kattan

Las regalías originadas en la explotación y comercialización del petróleo, que tanto han dado de qué hablaren Colombia en los últimos años, nacieron en el lenguaje inglés de la palabra ‘royalty’ como un soborno que se les daba a los monarcas de los países atrasados en los cuales se encontraban los yacimientos de petróleo para que permitieran su explotación y saqueo. Estos monarcas utilizaban ese dinero, que frisaba en el 20% del valor del petróleo crudo que los países y compañías extraían y se llevaban, en extravagancias y dilapidaciones que en nada favorecían a sus pueblos, por lo general muy pobres y atrasados social y políticamente.Algunas revoluciones, especialmente la argelina, cambiaron la proporción del soborno y lo aumentaron considerablemente, cosa que en algunos países sirvió para el beneficio de sus pueblos y en otros no, dependiendo de su evolución política y social.En Colombia las regalías comenzaron a cobrarse a raíz del empuje petrolero y fueron dedicadas al desarrollo de las regiones petroleras, para presuntamente compensar su atraso (típico de donde esta el petróleo) y subsanar los daños causados a ellas por la exploración, explotación y transporte.Nuestros mandatarios de las regiones favorecidas resultaron igualmente extravagantes que los jeques árabes y, en vez de invertir, gastaron la plata en despilfarros y aprovechamientos indebidos. Como consecuencia el Gobierno Nacional decidió intervenir en tal desaguisado e irrigarlas a todo el país, en donde se convirtieron en una lotería no comprada y motivo de rebatiña ampliada.Como consideración colateral los precios de la gasolina que se produce con el petróleo que estamos extrayendo de nuestros pozos, son motivo de fuerte controversia porque superan los niveles que se consideran razonables, ya que desde hace tiempo la gasolina se ha convertido en base de una serie de impuestos que la encarecen al consumidor.Colombia tiene que acometer un razonable estudio de este enredo porque no es lógico que sobrecargue el precio de la gasolina y afines con impuestos si al Gobierno Nacional le entra la plata de las regalías.Las regalías son un impuesto nacional a la explotación del petróleo del subsuelo colombiano que es de la nación, es decir, del común. Por ello deben destinarse al presupuesto general y con esos dineros cubrir las necesidades que hoy se cubren con los recargos al precio de la gasolina, que no tienen nada que ver con el tema de los combustibles y lubricantes para la movilidad.La polémica sobre el comparativo en precios entre Colombia y otros países se maneja mal, pues si bien algunos piensan que la gasolina y afines no deben tener ningún recargo tributario por ser la esencia de la movilidad, componente fundamental de la competitividad, otros aceptan que se recarguen con tributos destinados específica e invariablemente a la financiación de construcción y mantenimiento del sistema vial para hacer más eficiente el componente de infraestructura del transporte, y evitar recargos innecesarios a los costos. Igualmente es necesario que se revise el desempeño de la sobretasa a la gasolina (otro mico que se le cuelga a la misma rama, pues castiga el precio de los combustibles y sale de la misma cuenta que se paga al tanquear), desviado y desperdiciado por los municipios.No se trata de estimular el desperdicio de combustibles por abaratarlos, sino de racionalizar su precio, parte importante del costo operativo y de vida del país.La sobriedad en el consumo de combustibles, importante para la protección del medio ambiente tiene caminos diferentes para alcanzarse.