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Privilegios tributarios

Uno de los temas más difíciles para la aceptación popular y buena...

20 de mayo de 2016 Por: Ode Farouk Kattan

Uno de los temas más difíciles para la aceptación popular y buena presencia ante el mundo de la reforma tributaria en ciernes, es el vicio de otorgar privilegios tributarios o normativos (léase exenciones) a empresas y grupos de interés, creando por un lado una mezcla entre empresarios y ciudadanos de primera, que son los que gozan de estos privilegios, y por el otro, empresarios y ciudadanos de segunda, que no gozan de ellos, y peor, ven sus tributos elevarse por la necesidad de compensar lo que los privilegiados dejan de pagar.Y no es claro el beneficio que el país como un todo recibe de los privilegiados con exenciones, pues no se evidencia palpablemente y se disfraza con el argumento de que tales excepciones le permiten a particulares llenar vacíos de la gestión gubernamental con acciones sociales, o que son un aliciente para la formación de empresas necesarias para el desarrollo.Los esquemas de exención de tributar o de cumplir trámites son en esencia corruptores, ya que es un hecho que las decisiones estatales que signifiquen lucro mercantil o beneficio social para empresarios privados o personas de posición terminan teniendo precio, ya sea en dinero mismo o en contubernios políticos de los cuales, al fin o en medio de la cadena, alguien se lucra y con dineros no entrados al tesoro público, que es al que se trata de robustecer con la reforma.Algún sarcástico dijo que si los impuestos o los trámites son tan obstaculizantes para el progreso del país que inducen y ameritan a exceptuar de su cumplimiento a algunos, que más bien eliminaran del todo los impuestos y los trámites, y el país se desarrollaría a la velocidad e ímpetu de un tren bala.Y el sarcástico de pronto tiene razón. Pues si alguien no quiere instalar empresa en Colombia, es porque es costoso y riesgoso en exceso, precisamente por el peso tributario y tramitacional con costo del Estado y ningún empresario va a exponer su capital o meterse en un berenjenal de trámites si no gana algo a cambio del riesgo y del estorbo.La Comisión de Expertos ha hecho bien en ‘espulgar’ este aspecto, pues si atendemos la recomendación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, Ocde (que precisamente propende por la equidad proporcional económico - social como instrumento de un desarrollo estable), de ampliar la base tributaria, ello debe significar, antes que subirle impuestos a los de menor ingreso, apabullándolos hasta la quiebra, cerrarle troneras fiscales a los de mayores ganancias y capacidad de aporte.Y revisar enriquecimientos nutridos por exenciones tributarias, que en algunos países son prohibidos constitucionalmente para blindarlas de la corrupción administrativa, con el fin de evitar que la gran masa de empresarios, especialmente Pymes, y su gran capacidad de generar y sostener empleo primario, único pilar de la recuperación del país llamada posconflicto, sucumban bajo el peso tributario.