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¿Paz o cambio de guerra?

Una de las más angustiosas incógnitas que vive Colombia es la de...

12 de marzo de 2016 Por: Ode Farouk Kattan

Una de las más angustiosas incógnitas que vive Colombia es la de saber si el posconflicto va a significar la paz o un cambio de modalidad de guerra.Este sentir tiene su origen en los constantes comportamientos conflictivos que se presentan, protagonizados por las partes políticas y sociales que han estado en conflicto por tener e imponer el poder y la predominancia; y es un hecho reconocido que Colombia sigue dividida en facciones, guerrilleras y no guerrilleras, que no parecen tener como objetivo ponerle fin al conflicto sino continuarlo pero con otros medios y figuras.Nuestro escenario político está signado por la misma virulencia y los mismos intereses de imposición e irrespeto por los elementales principios de convivencia que hemos evidenciado quienes hemos vivido las explosiones sociales de las décadas de los años 1940 y 1950.Nuestro conflicto tiene el agravante de que no ha tenido una sola constante ideológica, política o social.Lo que empezó como una pelea entre partidos políticos de local cuño, se vio agrandada por la injerencia de la guerra fría mundial, que le agregó sebo al candil haciendo perder el norte de cualquier solución razonable, y, hay que hacerle el reclamo al mundo, y no agradecerle como estamos haciendo por el Plan Colombia, por habernos metido sucesivamente en lo que alguien llamó acertadamente nuestra guerra ajena, consistente en matarnos primero por el comunismo y el capitalismo internacionales (que aquí ni siquiera sabemos realmente qué son) y luego por la guerra antidrogas, en la cual estamos como consecuencia de no haber tenido y puesto en práctica un apropiado plan de desarrollo económico y social, principalmente agrario, que le diera a nuestra población un soporte para un plan de vida suficiente para resistir la tentación del narco cultivo, tema muy importante en el posconflicto pues es parte del conflicto. Ya es reconocido que la sola firma de papeles con escritos, para muchos ininteligibles, no le va a quitar el detonador a las tendencias en conflicto, pues los papeles no sirven para curar los resentimientos y venganzas y olvidar anteriores incumplimientos, y orientar a las personas por el camino de un nuevo comportamiento. Eso toma tiempo y cambios visibles y durables de actitud.Tampoco que en tal ambiente las partes armadas dejen las armas pues nadie es lo suficientemente pendejo para creer en palabras y escritos de personas vociferantes.La presión internacional es un componente importante del cumplimiento de los acuerdos, siempre y cuando no se distraiga.Pero lo más importante es que Colombia funcione como un país, no solo territorial sino socialmente, o toma vigencia lo que algún funcionario internacional propuso en tiempos escandalosos: que si los colombianos no podemos vivir juntos, que nos dividamos en varios países.