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“Ordo Socialis”

Este acápite fue utilizado hace algunos años por organizaciones religiosas católicas en...

2 de junio de 2013 Por: Ode Farouk Kattan

Este acápite fue utilizado hace algunos años por organizaciones religiosas católicas en Europa para promover el orden social espontáneo (los valores humanos) como cimiento de cualquier convivencia que a su vez sirviera para impulsar el desarrollo armonizado de sociedades que habían sido víctimas de guerras destructoras y disociadoras precisamente por haber sufrido dictaduras beligerantes (‘sumum’ del desorden social) y pretendían rehacer su modo de vida. Este lema fue utilizado mucho en la Europa en recuperación de la post guerra y su mensaje fue enviado a los países en vía de desarrollo, agobiados por conflictos internos nacidos de desigualdades de diversa índole, azuzados por la infame extensión al mundo de la guerra fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética.El mensaje de este mensaje (la redundancia es válida) era y sigue siendo que cualquier proceso de viabilidad dentro de los países y en agrupaciones de ellos, como se está estilando, tiene que partir del orden social, es decir, el ordenamiento de todos los factores que influyen sobre el funcionamiento de una sociedad, ya sean económicos, educativos, laborales, costumbristas gubernamentales, con el fin de que, sumados, produzcan como resultado una sociedad funcional, en la cual nadie tenga que acudir al grito o la violencia para obtener un trato digno o por lo menos respeto a derechos básicos de vivencia.A medida que Colombia avanza en un proceso de paz en La Habana, por medio del cual se espera poner fin a las expresiones de un conflicto que ya nadie puede negar que nació como social y evolucionó hasta la criminalidad y barbarie que hoy ostenta, porque la sociedad misma fue hipócrita y timorata, cabe preguntar cuál es el ORDO SOCIALIS de Colombia, es decir, la meta que haría que, tan pronto se dejen de acometer y cometer actos de violencia por parte de actores conocidos y reconocidos en trance de negociar, la sociedad colombiana vuelva a un apacible escenario de convivencia, si es que alguna vez lo hemos tenido. Si bien el gobierno ha planteado unos puntos de convergencia que son los pilares de las negociaciones, su cumplimiento no se ve claramente en lontananza, pues para cualquiera que haya presenciado o estudiado la metamorfosis del proceso de muerte, despojo y abuso, y desplazamiento y hacinamiento con desesperanza que ha evolucionado a lo que hoy se llama el “conflicto” , sabe que nació de actitudes y falencias que hoy están vigentes y que reverberan en el “des-ordo” del sistema político, del sistema económico y del sistema social, que impiden que tengamos un buen gobierno, cosa demostrada por hechos palpables a pesar de la intensa propaganda del ejecutivo, desvirtuada frecuentemente por noticias de hechos delictivos, anatemas del buen gobierno, cometidos por funcionarios, algunos nombrados en sus puestos por el gobierno, otros elegidos dentro del sistema político, todo ello con alguna participación del sector privado.En el trasfondo de todo esto está la corrupción, primero de las costumbres, y ahora último de los conceptos, con los cuales se justifican, por altos estamentos, malos comportamientos.En 1.991 modificamos la Constitución, pero no eliminamos los vicios del hombre. (Solamente corregibles con el “ordo socialis”).