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La encrucijada del plástico

El villano de esta situación no es el plástico, es la total desidia con que las sociedades humanas tratan el tema de la recolección de cualesquiera y todos los residuos y basuras que los mismos costumbrismos generan, así el plástico no existiera.

7 de junio de 2019 Por: Ode Farouk Kattan

Se ha suscitado en el mundo una reacción negativa hacia el uso de algunos plásticos de empaque por un visible conflicto de uso que, valga decir, no es culpa del plástico sino del manejo que el consumidor le está dando. El choque llega al límite de virtual guerra pues se pregona con el slogan de ‘¿Planeta o plástico?’, lo cual es absurdo pues el plástico y el Planeta son compatibles si se manejan apropiadamente. Y ello no implica ponerle un impuesto al uso del plástico pues el daño no se corrige dándole plata al gobierno (que no se sabe qué uso pertinente le da al recaudo) sino creando una cultura, que, valga decir, se necesita en todos los ámbitos de manejo de la basura de cualquier género que agobia a hogares y ciudades.

Un poco de historia: en la medida que el petróleo, el fuego griego de miles de años atrás, fue haciendo carrera en los usos del hombre, muy particularmente en el Siglo XX, cuando la locomoción por motores de combustión interna alimentados principalmente por gasolina le dio un ímpetu al modo de hacer las cosas, este se convirtió en el elemento esencial del mundo.

Las dos guerras mundiales del Siglo XX se encargaron de fomentar ese ímpetu pues el carbón y el petróleo fueron cada vez más utilizados, en reemplazo de muchas cosas del pasado.

El procesamiento del petróleo evolucionó de simple producción de combustible a la petroquímica, que fue desarrollándose hacia una miríada de productos entre ellos los plásticos, que después de la Segunda Guerra Mundial colaboraron a la reconstrucción en la forma de productos de mucha utilidad industrial, comercial y doméstica.

Es incuestionable que el mundo ha encontrado en los productos de la petroquímica una inmensa facilidad en su vida cotidiana.

Pero, hay que admitir que a la humanidad le quedó grande el manejo de esos nuevos instrumentos de modernidad, entre los cuales no están solamente los plásticos sino muchos otros elementos como empaques de toda clase de materiales diferentes que permiten que las gentes puedan tener facilidades para comer y beber como los cartones revestidos, etc., etc., etc.

Hoy la humanidad grita y se desespera en un basurero multifacético, porque está botando de todo, que no sabe cómo manejar.
Infortunadamente algunos plásticos, mal manejados, no tanto por los productores sino por los usuarios, han creado una aversión que hoy ya se ha traducido en conflicto, que recoge una realidad muy particular en el mar, dado que el plástico que llega a los océanos por los sistemas de disposición está causando un perjuicio en la pesca, debido a que los residuos son equivocadamente identificados por los peces como otros peces y tienden a ‘engullirlos’ por una similitud visual que les resulta mortal pues no lo pueden digerir, y mueren, y esto ya toca un punto neurálgico pues la pesca es el alimento de una gran parte de la población mundial y el tema se torna alimentario, cosa que ya toca fibra social.

El villano de esta situación no es el plástico, es la total desidia con que las sociedades humanas tratan el tema de la recolección de cualesquiera y todos los residuos y basuras que los mismos costumbrismos generan, así el plástico no existiera.