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Crecimiento y desarrollo

Ha sido costumbre confundir erróneamente el crecimiento de la economía con el...

12 de febrero de 2011 Por: Ode Farouk Kattan

Ha sido costumbre confundir erróneamente el crecimiento de la economía con el desarrollo del país y de su sociedad. Ello ha conducido a imponer equívocos en la presentación de la situación del país, y por ende a la toma de decisiones erróneas y a su defensa con cifras y figuras no representativas.Ahora que el Gobierno ha tomado en cuenta muchos factores de crecimiento y desarrollo en la concepción del Plan Nacional de Desarrollo que se discute, y que en los análisis sobre la crisis mundial se hace claro que en el mundo se cometió una equivocación al no separar los dos conceptos, es oportuno hacer conciencia sobre este aspecto.Las cifras con las que se pretende describir el grado de crecimiento de un país, son las que reflejan el valor de los bienes y servicios que éste produce y su evolución en el tiempo. En cambio las cifras con que se debe evaluar el grado de desarrollo tienen que ver con cuánto de ese valor es puesto por la naturaleza y cuánto se debe al trabajo de su población, que ve ese esfuerzo traducido a mejores condiciones de vida. Y esto reviste importancia ahora que Colombia se está adentrando en aperturas de inversión en las cuales se cifran esperanzas de crecimiento de la economía, pero que no permiten prever desarrollos sustanciales, sí algunos, para el nivel de vida poblacional y la operatividad y funcionalidad del sistema de infraestructura y gobierno.Que estamos convirtiéndonos en potencia petrolera porque vamos a extraer y exportar más barriles por día. Que vamos a extraer y vender más carbón. Muy bien para el G89obierno, primer beneficiario de esta actividad que poco empleo productivo produce, pero sí le produce divisas, para dar la impresión de que estamos bien, y endeudarse, e ingresos fiscales hasta para desperdiciar. Pero no es claro que ese incremento se refleje en una dinámica en la generación de ocupación de la población ni incremento en el valor agregado del trabajo de la población ocupada. Seguimos con alto desempleo, y un empleo con una remuneración que no dinamiza el consumo interno. Aquí no le damos cabida a los reclamos de nuestro aparato productivo de falta de ventas y utilidades, esencia de la reinversión productiva, en la cual sí se combinan el crecimiento económico y el desarrollo social. Nos vanagloriamos del aumento de nuestras exportaciones, pero al mirar qué exportamos, vemos que en una gran parte son productos naturales como carbón, petróleo, madera, o semi elaborados como cueros, con cero valor agregado por la capacidad laboral de nuestra gente. Insistimos en tratados de libre comercio, sin conocer si paralelo a la facilidad de importar y exportar, las cuentas van a ser a nuestro favor en todos los indicadores, como el empleo.La discusión del Plan Nacional de Desarrollo es la oportunidad para revisar fundamentos conceptuales como éstos.