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¿Para qué esta pandemia?

Comenzando el año nos atropella un suceso histórico que seguramente nadie veía venir y nos cambia la vida y el mundo como lo concebíamos.

14 de julio de 2020 Por:

Comenzando el año nos atropella un suceso histórico que seguramente nadie veía venir y nos cambia la vida y el mundo como lo concebíamos. Nos damos cuenta de la cruda realidad y de que aquellas cosas que creíamos eran un derecho, eran más bien un privilegio dado a nosotros.
Es así como surge una gran preocupación no solo por la contingencia de salud sino por la economía y el sustento diario de muchos.

Entonces aparece una palabra bastante usada en los últimos meses: la reinvención. Un término que motiva a pequeños y grandes empresarios, negociantes y trabajadores a buscar un nueva manera de generar ingresos. Es claro que es importante motivar a las personas a no rendirse ante esta calamidad mundial y a seguir adelante con creatividad y dinamismo, pero, ¿en dónde dejamos la salud mental y la transformación personal que esta contingencia requiere?

Nos hemos concentrado tanto en que la vida se basa en los bienes materiales, en la acumulación y el crecimiento hacia el éxito que el ser ha quedado totalmente en el olvido. Hemos caído en un reduccionismo ante la vida en donde solo hay cabida para el crecimiento económico y el personal queda a la deriva como última prioridad. Si algo nos ha enseñado esta pandemia es que todos esos bienes adquiridos a lo largo de la vida poco sirven a la hora de enfrentarnos a una enfermedad que no discrimina raza, estatus social o género.

La historia nos ha demostrado cómo la capacidad de resiliencia es crucial a la hora de sobrepasar eventos como guerras mundiales, catástrofes ambientales y contingencias de salud. En la Segunda Guerra Mundial, Viktor Frankl, psiquiatra y logoterapeuta judío, en Auschwitz, se empieza a preguntar qué es lo que los movilizaba a levantarse por la mañana y a luchar por una vida en donde la humanidad, la voluntad y la libertad había sido arrancada de ellos.

La respuesta fue sencilla, todos tenían una esperanza; volver a encontrarse con sus seres queridos, volver a sus trabajos volver a la vida que ellos conocían. Una vez liberados, aumenta la tasa de suicidios al darse cuenta que nada de eso que ellos esperaban encontrar tras su liberación existía; fue ahí en donde perdieron el sentido de su vida y su propósito se redujo a nada, ya no tenía sentido seguir viviendo.

Este suceso nos pone en contraposición lo siguiente, muchos de nosotros estamos anhelando recuperar nuestra libertad y la vida como la concebíamos hace unos meses. Pero cuando todo esto termine, a lo mejor esa vida no va a ser la misma, simplemente porque nosotros ya no somos los mismos, el mundo se ha transformado casi de manera obligatoria y muchos de nuestros valores y de lo que consideramos importante ha cambiado.

Si no empezamos a tener una real transformación desde el interior, si no encontramos un sentido a esta situación, y nos preguntamos el para qué de esto en la vida, quizás estaremos poco preparados para regresar a la nueva realidad. Esto nos tiene nuevos propósitos para que nos permitamos trascender y salir del individualismo, trabajar por el otro, y darnos cuenta que lo que yo hago puede impactar positiva o negativamente.

¿Qué tal si nos permitimos reinventarnos también desde el interior? ¿Qué tal si trabajamos para alcanzar nuevas versiones mejoradas de nosotros mismos? Solo así estaremos listos para enfrentar el mundo cuando la pandemia nos devuelva nuestra libertad.

AHORA EN Nicole Castañeda