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¿Un metro imaginario?

Este año electoral habrá una propuesta que llamará la atención por ser ambiciosa, de fácil aceptación y popular: la del metro para Cali. En la campaña escucharemos: “Cali necesita un sistema intermodal que...

25 de abril de 2019 Por:

Este año electoral habrá una propuesta que llamará la atención por ser ambiciosa, de fácil aceptación y popular: la del metro para Cali. En la campaña escucharemos: “Cali necesita un sistema intermodal que integre peatones, bicicletas, gualas, Mío y metro”; otros más apocalípticos dirán que el Mío debe acabarse, con un único argumento: “es que lo que Cali requiere es un metro”, olvidando que para que exista un metro se requiere de un sistema alimentador.

En todo caso, hasta ahora nadie ha hecho referencia a los recursos para materializarlo, por eso me concentraré en lo fundamental: la viabilidad presupuestal de un proyecto de orden departamental. Y lo hago en la coyuntura del debate surtido frente a los recursos que desde octubre recauda Invías en los peajes del departamento, lo cual muestra una oportunidad única, pues aún el Gobierno Nacional no ha definido cómo destinará esos recursos.

Es claro que lo recaudado por peajes no puede ser destinado a algo distinto que a la operación y mantenimiento de nuestras vías, las obras de expansión y mejora de la conectividad del departamento, y propongo adicionalmente, con esos mismos recursos, la creación de un fondo que garantice la viabilidad financiera de un transporte ferroviario para el Valle.

La materialización del anhelado tren ligero debe partir de la definición de la fuente de recursos para su materialización, por eso, y partiendo de que la Nación sufragaría el 70%, debemos preguntarnos: ¿De dónde saldría el 30% que debe poner el Municipio? ¿Cuál sería la fuente de financiación? He ahí el debate.

Y es justo en este punto que el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2022, que se discute en el Congreso, cobra mayor relevancia para los intereses de la región. ¿Por qué? Porque en él quedará consignado el derrotero que facilitará o dificultará construir nuestro metro.

En la discusión del Plan, el Valle y Barranquilla han planteado instrumentos novedosos para financiar sistemas ferroviarios: En el caso del Valle, para el ‘Tren de cercanías’ que comunicará a Cali con Jamundí, Yumbo, Palmira y el aeropuerto, cuyo paso por Cali se convertirá en la primera línea de metro de la ciudad, la bancada de congresistas presentó como propuesta que una parte de los excedentes operacionales de las concesiones viales se destine al modo ferroviario de pasajeros, o que una nueva sobretasa sea implementada en los nuevos peajes para el mismo fin.

Por su parte, el proyecto de tranvía barranquillero, ‘A Todo Tren’, propuso la creación de una tasa sufragada por quienes vuelen desde el aeropuerto local dada la conectividad que provee el tranvía entre el terminal aéreo y el área metropolitana. Ambas propuestas son ejemplos claros de subsidios cruzados desde el transporte privado hacia el transporte público. La diferencia entre una y otra es que la propuesta del Valle se hundió y la de Barranquilla sigue su curso para ser aprobada en el Congreso.

Y como no solo se trata de soñar con el metro, sino de estructurar un esquema de financiación que garantice su implementación y operación, apelo a la capacidad ejecutiva y legislativa de la región para promover una base jurídica y vinculante desde el Plan Nacional de Desarrollo. En este propósito, es necesario el concurso de la bancada del Valle de manera que se defina el destino de la totalidad de los recursos de los peajes y reviva la proposición que se hundió.

El conteo regresivo ya inició y para lograrlo solo queda hasta mediados de mayo cuando la versión final del Plan de Desarrollo sea aprobada. Si no queda en él plasmado, podemos estar seguros que durante esta campaña electoral escucharemos promesas de un moderno sistema ferroviario transitado en un tren imaginario.