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Eduardo José Victoria Ruiz

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Ni belleza natural ni inteligencia artificial

Después de largo tiempo sentado y al ir a comulgar, uno de sus glúteos, tan admirados ellos, se le subió a la pelvis y el otro iba descendiendo hacia las corvas, como el deshielo del nevado del Ruiz. ¡Cojines estéticos de corta duración y mínimo agarre!

21 de enero de 2024 Por: Eduardo José Victoria Ruiz

- Un buen amigo me compartía su inquietud respecto de la chica con quien estaba empezando a salir. “Me gusta físicamente, pero tiene unos detalles en su vocabulario, en la pronunciación y en la forma de escribir que me ponen a dudar si es o no la pareja que quisiera”. Le pedí ejemplos y me contó horrores de su ortografía. Le sugerí paciencia, aunque para mí una pésima ortografía es también pecado grave.

Semanas después me dijo que valió la espera, pues estaba escribiendo bellísimo, que lo sorprendían sus cultas anotaciones con ortografía perfecta e incluso con palabras que mi amigo debía buscar en el diccionario. Ayer, cabizbajo, me confesó que supo que ella aprendió a escribir sus textos a través de ChatGPT y que lo que le remitía eran obras de la inteligencia artificial.

- Hace un par de semanas el gobierno de los Estados Unidos le recomendó a sus connacionales que visiten Medellín, que tengan sumo cuidado con los perfiles de las aplicaciones relacionadas con encuentros amorosos, pues muchos de los perfiles son falsos y terminan siendo delincuentes. Ni ternura, ni cuerpazos, ni inteligencia, toda la conquista era un ardid para engañar gringos y robarlos o extorsionarlos.

- Mi señora estaba deslumbrada por el rejuvenecimiento de una de sus mejores amigas que vive en Canadá. En las fotos, y ya en nuestros sesentas, la colombocanadiense mostraba una piel tersa y lozana y las arrugas desaparecieron. Envidia colectiva. Vino de visita a nuestro país, querida como siempre, feliz de tomarse fotos como nunca, pero observamos que cuanta foto envía a sus amigas del país del norte, ella le pone filtros de diferente magnitud y así allá no ven la piel de Florence Thomas, sino los cachetes de Pinina.

- Hace unos pocos meses celebramos en RCN un evento multitudinario de renovación de votos matrimoniales a parejas que en el pasado se habían casado gracias a la radio. Entre las parejas llamaba la atención un adulto mayor con una cincuentona de garbo, con un ‘derriere’ firme como los Farallones de Cali. Las asesoras comerciales estaban fascinadas con esa vista posterior. Sin embargo, después de largo tiempo sentado y al ir a comulgar, uno de sus glúteos, tan admirados ellos, se le subió a la pelvis y el otro iba descendiendo hacia las corvas, como el deshielo del nevado del Ruiz. ¡Cojines estéticos de corta duración y mínimo agarre!

Pero el caso resumen de esta preocupación, sobre en qué creer y en qué no; o en la pronta escasez de lo natural para dar paso a la belleza artificial, lo encontré en España, donde una empresa de inteligencia artificial creó a través de esta innovación a Aitana, una bella modelo de 25 años, quien interactúa con sus miles de seguidores, cobra por poses eróticas, tiene un humor perverso y es definida como una “mujer fuerte y decidida, independiente, generosa, audaz y auténtica, que expresa sus opiniones sin reserva”. Muchos de sus admiradores piensan que es una auténtica creación de la naturaleza y se enloquecen con ella.

Al final, ¿qué será lo verdaderamente real? Nos expondremos permanentemente a creaciones de laboratorios, computadores y quirófanos. Nos hará reflexionar el consejo de nuestros viejos: Enamórese de alguien de su región, ojalá de su misma cuadra, para que conozca sus antecedentes, valores y gustos compartidos. Como vamos, lo demás, las atractivas parejas globales, serán un riesgo, pueden ser una lotería o terminaremos nosotros complementándolas, convirtiéndonos en una versión moderna del hombre biónico.

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