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Vientos de cambio

Las elecciones despejaron otros ganadores y perdedores. En la fila de los ganadores quizás esté el propio Biden, que logró mantener el Senado de su lado contra todos los augurios.

18 de noviembre de 2022 Por: Muni Jensen

La política en Estados Unidos está revuelta. En las últimas semanas se han dado, casi simultáneamente, varios golpes a la mesa política que tendrán un impacto importante en la composición del poder, la orientación de los temas sociales, y el manejo de las relaciones con el resto del mundo. También serán un termómetro de la capacidad de Estados Unidos de mantener su liderazgo en los asuntos globales, cada vez más apremiantes y complejos.

El revolcón empezó con las elecciones parlamentarias y de gobernadores del pasado 8 de noviembre. En Estados Unidos, donde se vota cada dos años por la totalidad de los 435 representantes y por una tercera parte de los senadores por un término de seis años, el partido que gana en cada Cámara toma las riendas en serio y se le atraviesa a la oposición sin vergüenza.

Como en tantos países, en Estados Unidos ha desaparecido el bipartidismo, el medio, el consenso y el trabajo coordinado, y la gobernabilidad del presidente Biden, que durante sus primeros dos años contó con mayoría total legislativa, está en juego. Cabe recordar que, en la historia de Estados Unidos, las elecciones de medio término generalmente castigan al partido de gobierno, complicando el trabajo del Presidente. En este caso, se pronosticó una ola Republicana, con aplastantes victorias en la Cámara y Senado, pero los votantes no la reflejaron. Después de un conteo lento y engorroso (aún inconcluso), como suele ser en Estados Unidos, la esperada barrida no sucedió. En el Senado mantuvo el poder el Partido Demócrata por uno o dos votos, y en la Cámara ganó la oposición, pero con un mejor margen de lo esperado.

El resultado no es ideal para nadie, pues un gobierno dividido resulta en demoras e inacción en asuntos de carácter nacional como la migración, el manejo de la economía y el empleo, y los temas sociales y ambientales, y otros tan importantes como la invasión de Ucrania, la relación con China y el suministro de alimentos y energía. Tibia victoria para los demócratas el haber atajado la ola, y desconsuelo general en ambos partidos.

Las elecciones despejaron otros ganadores y perdedores. En la fila de los ganadores quizás esté el propio Biden, que logró mantener el Senado de su lado contra todos los augurios. En las elecciones de Gobernadores, el ganador y nueva estrella de la derecha, el vociferante gobernador de Florida, Ron di Santis, con una votación masiva y la posibilidad de posicionarse pronto como cabeza de los Republicanos. En la fila de los perdedores está de primero el propio Trump, cuyos aliados más fieles no lograron la victoria. Para algunos es el final de una era revuelta, con un público aburrido con sus excesos y corrupción.

Después de la avalancha de noticias electorales, casi pasaron desapercibidos los dos anuncios siguientes. El primero lo protagonizó el propio Trump, que desde su mansión de Palm Beach declaró su intención de presentarse nuevamente a las elecciones presidenciales. Sin los bombos y platillos de su anuncio en 2015, donde nadie daba un peso por él, se lanzó de nuevo, desgastado, pero ante un país que ya sabe que lo imposible puede suceder. Unos días después la formidable Nancy Pelosi, presidente del Congreso y tercera en fila en el orden de precedencia presidencial, anunció su retiro después treinta y cinco años en el Congreso y dos veces como líder. A sus 82 años, con seis hijos, enorme poder económico y político, y el partido demócrata en sus manos, es tal vez la mujer más poderosa del país. Su retiro deja un vacío difícil de llenar, y obliga a los demócratas a pensar en un relevo generacional en el partido en las próximas elecciones. Este retiro salpica a Biden, que con su característica tenacidad insiste que se presentará para la reelección. Sin embargo, hay crecientes dudas sobre su capacidad para continuar en el poder más allá del 2024.

Al terminar este año solo quedan inquietudes. ¿Habrá relevo generacional en ambos partidos? ¿Será el fin de la era Trump? ¿Los demócratas tienen con quien ganar las elecciones de 2024? Y la de siempre: ¿Se está desdibujando el poderío de Estados Unidos ante el mundo? Los dos años serán cruciales para encontrar las respuestas.