Venezuela por dentro

Las noticias sobre la crisis en Venezuela siempre son preocupantes, urgentes, inciertas y difíciles de verificar. Se transmiten de forma intermitente, por medio de cadenas de Whatsapp, se publican en Facebook, y los lectores añaden fragmentos, análisis, especulación, cadenas de oración y testimonios escalofriantes sobre la situación humanitaria, médica, de empleo y de violencia. En un país cuyo dictador eliminó la prensa, clausuró la radio independiente y censuró los canales internacionales, la información tiende a dividirse en tres categorías: las noticias falsas que publica el régimen de Maduro por las vías oficiales, replicada por sus aliados en las redes sociales; los incesantes llamados de ayuda que circulan por redes dentro y fuera de Venezuela reflejando el sufrimiento y desesperación de los ciudadanos; y las declaraciones contradictorias desde Washington sobre las intenciones más o menos bélicas del gobierno de EE.UU. Para rematar están las voces de actores, congresistas mal informados, activistas sin oficio y títeres del régimen que confunden la dictadura de Maduro con el socialismo romántico de los años 60.

Encontrar datos reales desde Venezuela no es fácil. Es por esto que cobra gran importancia la encuesta que realizó la empresa Gbao con el apoyo Albright Stonebridge Group sobre el sentimiento de los ciudadanos frente a temas políticos, económicos, de política exterior, medios y panorama futuro. Los resultados, que se publicaron en Washington esta semana, son el resultado de cerca de mil encuestas hechas en persona dentro del país. Los resultados serán motivo de reflexión para el régimen (si los lee), la comunidad internacional, y el gobierno interino.

Algunos hallazgos de esta encuesta no sorprenden. Se refleja que el país está en profundo desánimo, polarizado a fondo entre los miembros del Psuv (el partido del gobierno) los anti-régimen, y los llamados ‘no-afiliados’. Que cerca de 40% piensan en emigrar, preocupante noticia para Colombia. Se ve la impopularidad arrolladora de Maduro, a quien más del 60% culpa de la crisis, pero a la vez la permanencia del chavismo como movimiento. En todas las respuestas hay un sólido 30% de apoyo al gobierno actual. Maduro mantiene su base, principalmente en el campo y entre las personas de menores ingresos.

Hay datos más inesperados, como el hecho de que Juan Guaidó, que se veía inicialmente como presidente interino, hoy es de lejos el político más popular (54%) por encima de Leopoldo López (39%) María Corina Machado (30%) y Henrique Capriles (29%), y el único con mayor favorabilidad que rechazo. Hoy Guaidó es mucho más que una figura de transición, aunque contra cualquiera de los anteriores perdería Maduro una elección.

Hay respuestas sobre apoyo militar y a sanciones que dan resultados mixtos. Sobre los militares, la mayoría quiere que las FF.AA. apoyen al presidente interino, incluyendo los propios militares encuestados. También apertura hacia una salida negociada para Maduro, incluyendo la amnistía. Es evidente que el hartazgo de los venezolanos abre la ventana para un abanico de opciones. Dentro de esas alternativas hay más respaldo a una acción de transición desde dentro que de una intervención de EE.UU. y otros países, actividad que respalda entre el 30 y 40% de los encuestados. Si bien es notable que 4 de 10 sientan que llegó el momento para intervenir, son números que no parecen garantizar el éxito de una potencial operación militar.

Los venezolanos arrolladoramente reconocen el desempeño de países aliados en la crisis, empezando por Colombia. “Colombia es el país mejor visto por los venezolanos. La mayoría agradece el papel que juega en la promoción de una transición democrática en Venezuela. El gobierno de Duque ha hecho bien en enfatizar una solución pacífica”, afirma Mark Feierstein, exasesor de la Casa Blanca y autor de la encuesta. Vale la pena analizar estos hallazgos, escuchar las voces desde el país, y considerar todas las alternativas que están hoy sobre la mesa.
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