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Vacaciones en Facebook

Facebook, fundada en Boston en el año 2004 por Mark Zuckerberg y...

20 de agosto de 2016 Por: Muni Jensen

Facebook, fundada en Boston en el año 2004 por Mark Zuckerberg y sus cuatro compañeros de cuarto, hoy tiene más usuarios mensuales que habitantes tiene la China: más de 1.500 millones. Se estima que cinco personas entran a esta red social cada segundo, que la mayoría de los usuarios tiene entre 25 y 34 años, y que son predominantemente mujeres. Pero la estadística más sobresaliente es esta: sus usuarios suben más de 300 millones de fotos al día. ¿Es esta la prueba de que sufrimos en el mundo de hoy, según lo califica un amigo periodista, de una enorme ‘incontinencia fotográfica’?Este fenómeno es evidente en la época de vacaciones, cuando la red se llena de imágenes de sol, arena, playa, casas de recreo, paseos de carretera, tomas aéreas, selfies al lado de emblemáticos lugares turísticos, torres y parques, praderas y bosques. Parece que, para una vida complicada y llena de tropiezos, el remedio es publicar para consumo general fotos felices, bronceadas, cuidadosamente escogidas. Pero hay estudios recientes que demuestran los efectos nocivos de pasar demasiadas horas viendo fotos ajenas. Por lo visto ver a los amigos en vacaciones, tan atractivos, sonrientes, sin gordos, rodeados de sus allegados, en lugares remotos, y pasando tan contentos, produce insatisfacción, tristeza y hasta depresión. Aunque sepamos que no quedan registradas ni las peleas familiares, las insoladas, los días de lluvia, las perdidas en la carretera ni los retrasos de los aviones, no importa. De todas maneras producen envidia.Hay varios tipos de usuarios de Facebook. Están los nostálgicos, que publican fotos de las fiestas de colegio y de la infancia, los positivos, con frases inspiradoras que invitan a no rendirse jamás. Hay usuarios evangélicos, con mensajes de salvación e imágenes de ángeles, y los esotéricos, citando a Osho y animando a balancear las chakras. Otros están indignados, y protestan por los huecos, los trancones, los ladrones y el proceso de paz. Algunos, los positivos, publican historias con final feliz y lecciones de vida, mientras los amantes de animales reproducen videos de perros simpáticos y gaticos que se hacen amigos de un caballo. Los políticos reparten promesas, mientras los cínicos suben caricaturas o citas llenas de ironía. Los naturistas cuelgan cientos de fotos de orquídeas y los fiesteros recuerdos de rumbas en grupo rodeados de botellas. Los recién enamorados se retratan abrazados al atardecer y los vulgares suben chistes de doble sentido. Hay quienes emprenden cruzadas que duran varias semanas en contra de la contaminación, y los que pelean durante días enteros en los comentarios debajo de las fotos. Los insoportables llenan el muro con un ‘post’ por minuto, y los mudos no escriben nada, pero pasan horas inmersos en las páginas de otros. Los amables pulsan ‘like’ a cada comentario, y las mujeres bonitas de cierta edad se paran de lado con el brazo en ángulo para verse más delgadas. Los perfeccionistas editan, filtran, cortan y oscurecen la foto hasta parecer modelos profesionales, y los atletas suben las fotos de triatlones, músculos y maratones. Las abuelas celebran sus nietos, los perezosos comparten videos ajenos, y los gourmets, fotos de complicados platos. Hay facebook para todo y para todos.Recientemente The New York Times publicó una nota titulada ‘La tiranía de Facebook’ que asegura que la costumbre de compartir tantos momentos obedece a un deseo ciego de pulir nuestra imagen, y que es muestra de narcisismo, inseguridad y ánimo de competir, por parte de gente que solo quiere fastidiar a los amigos y seguidores. No es para tanto. En moderación y con buen gusto, en Facebook se reencuentran amigos, se ven crecer los hijos, se opina de política, se comparten recetas y se recomiendan libros, hacen reír los videos ingeniosos, y hasta se aprenden lecciones de vida.Sigue en Twitter @Muni_Jensen