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Tambalea Hillary

La candidatura de Hillary Clinton a la presidencia de Estados Unidos está...

3 de octubre de 2015 Por: Muni Jensen

La candidatura de Hillary Clinton a la presidencia de Estados Unidos está perdiendo oxígeno. Hace cinco meses, la exprimera dama contaba con mayorías absolutas frente a sus rivales de ambos partidos, y el mundo esperaba su coronación en noviembre del 2016. Tenía todas las cartas en la mano para convertirse en la primera mujer en ocupar la Oficina Oval.Pero las últimas encuestas muestran que la imagen de Hillary se ha desplomado. Después de que muchos la dieron por elegida, hoy la realidad es otra: entre los demócratas ha perdido en dos meses 19 puntos frente a su rival más sobresaliente, el poco conocido senador ultraizquierdista de Vermont, Bernie Sanders, que ahora le pisa los talones. Y en periódicos como The New York Times o The Washington Post, los titulares sobre Hillary dicen cosas como éstas: “¿Hará implosión la campaña de Hillary?” o “Hillary empezará a mostrar más su sentido del humor”. Por todo eso la preocupación se ha adueñado de los demócratas que ya evalúan si debería lanzar al vicepresidente Joe Biden como Plan B. Según la última encuesta de la cadena NBC, este hombre cálido de 72 años tendría más opción de derrotar a un candidato republicano.Lo que ocurre con Hillary es curioso. En el papel, es la candidata perfecta: hoja de vida impecable, abogada de Yale, años de experiencia como primera dama, senadora por el estado de Nueva York, y secretaria de Estado de Obama. Cuenta además con una maquinaria política bien aceitada, y su equipo de campaña del 2012, año en el que perdió ante el propio Obama, se ha reencauchado. Fuera de eso, la economía de Estados Unidos repuntó y los donantes contribuyen con ríos de dólares a la campaña. El problema, sin embargo, es que Hillary tiene más plata que votos.¿Por qué se ha venido abajo Hillary Clinton? En parte, por el escándalo según el cual como Secretaria de Estado utilizó un servidor privado para el manejo de su correo electrónico. Es grave: se ha descubierto que desde ese e-mail envió Hillary informaciones sensibles para la seguridad nacional de Estados Unidos. Pero hay una razón más para estar preocupados. No es una conspiración de los republicanos, ni el desorden de su campaña. Es ella misma. Es esa mujer que parece estar siempre a la defensiva, que da a entender que está por encima de cualquier escrutinio, que a pesar de venir de una familia pobre se siente más cómoda en el veraneadero neoyorkino de los Hamptons que en las calles de un barrio de clase media de Baltimore. El 60% de los votantes no confían en ella. En los sondeos, si se les pregunta cuál es el adjetivo que mejor la define, contestan mayoritariamente “Mentirosa”. Hillary no conecta con los pobres, ni con los afroamericanos, ni con los inmigrantes. Ni siquiera con las mujeres. No les mueve la aguja.La más reciente prueba de su crisis de credibilidad es que esta misma semana su campaña sacó a bailar, por radio, prensa y televisión, a su marido el expresidente Bill Clinton, uno de los hombres más queridos por los gringos. ¿Le funcionará? Me permito dudarlo. A estas alturas, la fama de persona no confiable parece imponerse. Y a 13 meses para las elecciones, todo indica que a la Dama de Hierro estadounidense, que el próximo 26 cumple 68 años, no la salvarán ni las maletas llenas de dólares que le envían los contribuyentes de su campaña, ni el inigualable malabarista político, para muchos el hombre más carismático del mundo, Bill Clinton.